WASHINGTON. AFP. Olvidar a un niño de baja edad en su auto estacionado a pleno sol en verano parece muy improbable, pero estos accidentes de consecuencias a menudo trágicas, se producen con demasiada frecuencia en Estados Unidos.
Desde 1998 a 2013, en promedio, 38 niños murieron cada año de ataque cardíaco, encerrados en sus automóviles. La mayoría de ellos menores de cinco años. Este año, ya murieron 17 niños en esas circunstancias, lo que llevó a las autoridades a lanzar una campaña nacional solicitando a los padres o cuidadoras no dejar a niños solos en automóviles.
«Cada año es como si reviviéramos la misma pesadilla», lamentó el jueves el secretario de Transporte Anthony Foxx, padre de dos hijos, durante el lanzamiento de la campaña: «¿Dónde está el bebé? Mire antes de cerrar».
Para ilustrar la situación, un termómetro colocado en un automóvil estacionado en una calle de Washington mostraba que la temperatura era de 35 grados en el interior del vehículo, contra solamente 25 grados afuera. Eso en una jornada con cielo cubierto.
Las autoridades notan que 29% de los niños muertos de ataque cardíaco encerrados en un automóvil, entraron al vehículo por sus propios medios, pero en 52% de los casos, simplemente fueron olvidados en ellos por adultos, según la Agencia federal para la seguridad en el transporte (NHTSA).
Los niños pequeños son los más vulnerables porque su temperatura corporal puede subir 5 veces más rápido que la de los adultos, explicó la pediatra Leticia Manning Ryan, del hospitla Johns Hopkins de Baltimore (Maryland, este). «Cuando la temperatura interna de un niño alcanza los 40 grados Celsius, importantes órganos comienzan a detenerse, y si la temperatura alcanza 41,7º C, el niño puede morir», advirtió.
Cansancio
Con frecuencia, los niños son olvidados en un automóvil porque sus padres o cuidadoras, estresados o preocupados, tienen baches de memoria, precisó Anthony Foxx. El caso más impactante en las últimas semanas fue el de un hombre en el estado de Georgia (sureste), que dejó a su hijo de 22 meses en su 4×4 recalentada en el estacionamiento de la ferretería en la que trabajaba.