Alas; diario de una libélula peregrina
Celebro la vida con mi amiga la muerte

Alas; diario de una libélula peregrina<BR><STRONG>Celebro la vida con mi amiga la muerte</STRONG>

Aprendí que no se puede dar marcha atrás,
que la esencia de la vida es ir hacia adelante.
La vida, en realidad, es una calle de sentido único.

 Agatha Christie

Febrero es un mes especial para mí, fui alumbrada en él. La fecha de cumpleaños tiene una gran implicación energética, ya que renovamos nuestro acuerdo con la vida. La manera en que celebramos este acontecimiento, muestra en gran medida el tipo de relación que tenemos con la vida y con la muerte.

Muchas personas consideran a la muerte como la enemiga de la vida. Para ellas, la muerte se opone a la vida, como si estuviera en contra de ella. Así, ven en la muerte una amenaza que intenta destruir la vida. Quien tiene esta idea, solo puede luchar contra la muerte como si se tratase de una enemiga.

Luchar por vivir es sinónimo de luchar por no morir, ¡esto es antinatural! Osho dice que luchar contra la muerte es luchar contra nuestro destino. Es luchar contra algo que va a pasar, y la cantidad de esfuerzo es tal que se experimenta un enorme cansancio, y una gran tristeza. Es una lucha absurda por demás, porque no podemos evitar la muerte. Para Benjamin Franklin, no debemos perder una hora, porque no estamos seguros de un minuto.

Estas reflexiones me llegaron a partir de una consulta, en la que una clienta me compartía su ansiedad por comer. Según ella, cuando vivía momentos de mucha tensión o estrés, comía compulsivamente. Como atiendo a otros miembros de su familia, tengo la información de cómo han tenido que enfrentar anorexia, bulimia, obesidad, y otros comportamientos compulsivos.

Queda claro para mí que lo que mi clienta busca es confianza en sí misma. Todas sus tensiones, ansiedades, angustias y compulsiones en realidad muestran su desconfianza en la vida, o lo que es lo mismo, su miedo a la muerte. Se lo comenté, y me dijo que aún le faltaban muchas cosas por hacer, a lo que respondí: “entonces, debes empezar a vivir como si fueras a morir en el siguiente minuto…solo así podrás dar todo lo que puedes, en cada cosa que hagas. Eso te dará serenidad, y la confianza llegará por consecuencia….”

La ansiedad ocurre cuando anticipamos nuestra vida, y nos vamos más allá del momento actual. Petrarca dijo: “Nadie es tan joven que no pueda morir hoy.” La vida solo ocurre en el presente, por lo que ir al pasado o al futuro nos deja en manos de la muerte. De este modo, la angustia (pasado) y la ansiedad (futuro) secuestran nuestra vida, dejándonos aturdidos en un sentimiento de vacío, abandono, impotencia, indefensión y tristeza.

En la visión indígena, debemos caminar entre la vida y la muerte. La muerte a nuestra izquierda y la vida a nuestra derecha, entre ambas, nosotros estamos seguros, protegidos y cuidados. Paulo Coelho dijo: “Morir mañana es tan bueno como morir cualquier otro día”. Quien teme a la muerte, también teme a la vida. Si ignoramos a la muerte, o no queremos pensar en ella, tampoco podremos ver a la vida.

Cualquier sentimiento que tengamos hacia la muerte se refleja en nuestra propia vida, ya que ambas son inseparables. Quien lucha contra la muerte sabe que va a terminar derrotado, y quien piensa que la vida va a acabar en derrota no puede sintonizarse con la felicidad, sino con la tristeza del duelo. En la vida, la muerte es la única certeza que tenemos, todo lo demás es incierto. Quien ve en esa certeza un enemigo, no puede encontrar descanso, ni plenitud ni alegría. El cumpleaños seria entonces el recordatorio de la derrota, y cuando hemos sido vencidos no solemos celebrar.

Si vemos a la muerte como enemiga, entonces, en lo profundo, la vida también es nuestra enemiga, porque la vida es el vehículo que nos conduce a la muerte. Jim Morrison dijo: «Le toqué un muslo y la muerte sonrió». Una vez comprendemos que la muerte y la vida nunca se separan, podemos ver a la muerte como una amable y leal amiga, que nos recuerda vivir apasionadamente. Por ello, el día de mi cumpleaños celebro mi vida con una invitada de honor: mi buena y leal amiga la muerte.

Publicaciones Relacionadas