Alas; diario de una libélula peregrina
El ejercicio de ser felices.

Alas; diario de una libélula peregrina<BR>El ejercicio de ser felices.

Esta semana, varias personas me han preguntado que pueden hacer para estar felices ante tantos embates. Un curso de milagros dice: “La Voluntad de Dios es que seas completamente feliz ahora”. Entonces de lo que se trata es de confiar en esto. Los planes divinos para nuestras vidas son mucho mejores que los nuestros.

¿Qué hace que nos perdamos la felicidad? El Filósofo francésVoltaire dijo: “Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una”. La imagen de esta frase es simpática, pero la vivencia es de una total confusión, indefensión y desorientación. Una famosa historia sufí ilustra claramente lo absurdo de nuestra búsqueda de felicidad:

Una tarde, Rabiya -una mística sufí- estaba buscando algo en la calle, junto a su pequeña choza. Se estaba poniendo el sol y la oscuridad descendía poco a poco. La gente fue congregándose, y le preguntaron:

-¿Qué haces? ¿Qué se te ha perdido? ¿Qué estás buscando?

Ella contestó:

-Se me ha perdido la aguja.

La gente dijo:

-Se está poniendo el sol y va a resultar muy difícil encontrar la aguja, pero vamos a ayudarte. ¿Dónde se te ha caído exactamente? Porque la calle es grande y la aguja pequeña. Si sabemos exactamente dónde se ha caído resultará más fácil encontrarla. 

Rabiya contestó:

-Más vale que no me preguntéis eso, porque en realidad no se ha caído en la calle, sino en mi casa.

La gente se echó a reír y dijo:

-¡Ya sabíamos que estabas un poco loca! Si la aguja se ha caído en tu casa, ¿por qué la estamos buscando en la calle?

Rabiya replicó:

-Por una razón tan sencilla como lógica: en la casa no hay luz y en la calle aún queda un poco de luz.

La gente volvió a reírse y se dispersaron. Rabiya los llamó y dijo:

-¡Escuchadme! Eso es lo que hacéis vosotros. Yo me limitaba a seguir vuestro ejemplo. Os empeñáis en buscar la dicha en el mundo exterior sin plantear la pregunta fundamental: “¿Dónde la he perdido?”. Y yo os digo que la habéis perdido dentro. La buscáis fuera por la sencilla y lógica razón de que vuestros sentidos están abiertos hacia el exterior: hay un poco más de luz.

Vuestros ojos miran hacia fuera, vuestros oídos escuchan hacia fuera, vuestras manos se tienden hacia fuera; por eso estáis buscando fuera. Por lo demás os aseguro que no la habéis perdido ahí, y lo digo por experiencia propia. Yo también he buscado fuera durante muchas, muchas vidas, y el día que miré dentro me llevé una sorpresa. No hacía falta buscar y registrar; siempre había estado dentro.

Cristina Carlino, co-fundadora de la filosofía del bienestar personal, en su libro “La conexión arcoíris: cómo emplear el color y la energía para transformar tu vida” dice: “Al confiar en el misterio, mi vida se transformó en milagrosa”. El asunto es que el misterio nos deja sin nada que hacer, y hay tanta arrogancia en la condición humana que preferimos creer que podemos hacer algo para ganar la felicidad, antes que rendirnos ante la verdad de que no hay nada que podamos hacer, porque ya todo está hecho para nosotros.

La tarea no es ir en busca de la felicidad, sino simplemente buscar, encontrar y retirar todas las barreras dentro de nosotros que nos mantienen separados de ella. La felicidad es un fruto del amor, así que tal vez si estás buscando felicidad, debes enfocar tu atención en tu propio amor. Recuerda la lección de Rabiya: ¿Cómo el amor podría dar frutos en tu interiorsi estásbuscándolo fuera de ti (en un tus padres, una pareja, un amigo, el trabajo o cualquier otro sitio)?

Lleva tus manos a tu corazón en este momento, sonríe, y declárate tu propio amor.

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