Hace unos días, tuve un encuentro con una querida amiga que durante años se ha “echao a muerta”. Cada vez que nos juntábamos, nombraba una lista de cosas que no se podía “permitir” por la cantidad de “compromisos”que tenía, en un país donde ganar dinero honradamente es una especie de grave pecado de difícil penitencia. Para mi sorpresa, esta vez me dijo que el inicio de año ha sido fácil, bueno y abundante para ella.

Su cambio se debe a un programa que lleva con un life coach. Este ha sido su secreto para transformar su conciencia. En un curso de milagros recomiendan adoptar una postura firme en favor de un solo bando. La invitación es: “ponernos de parte de la verdad y abandonar las ilusiones”. O lo que es igual, adoptar una postura firme en favor de Dios.

En el último tiempo, he escuchado a tantas personas enfocadas en problemas económicos, crisis y reformas que en ocasiones, yo misma me he desenfocado.Afortunadamente, la generosidad del Creador es infinita, y dentro de los numerosos regalos que recibí por mi cumpleaños, me llegó una libreta de bendiciones para cada mes.

En ella, un grupo de amigos me pusieron un mensaje para cada luna que empezaba con este: “El señor te colma de prosperidad”.El antiguo testamentoexplica el verdadero significado de la palabra “Señor”.

Era una costumbre hebrea nombrar las personas, cosas y lugares por su cualidad más destacada. Recordar el episodio en que Moisés le pregunta al Señor su nombre, era parte del regalo que me llegaba a través de este mensaje de bendición, ya que en realidad lo que él preguntaba es cuál es la cualidad mayor de Dios. La respuesta que él recibió de lazarza ardiente fue “Yo soy el que soy”. Este es el significado de “Señor”.

Yo soy es el nombre que nos sintoniza con nuestro origen divino. Al igual que tú, yo soy la única que puedo decir yo soy. En psicogenealogía, vemos como los contratos invisibles que hemos contraído con la familia, por vía del árbol genealógico, se muestran cada vez que empleamos el “yo soy”para decir algo que no es una característica de Dios. Por ejemplo: yo soy trabajadora (puntual, desconfiada, etc.)

Si…sé que al principio es doloroso darnos cuenta que nos hemos ubicado en el bando contrario a Dios. Es más fácil pensar que cuidar nuestras palabras es una tarea pesada, tediosa, aburrida o inútil, para continuar en la mala práctica de ser diferentes a aquello que sostiene nuestras vidas. Solo los niños enojados le dicen a sus progenitores haciendo bembitas: “no eres más mi padre” o “no eres más mi madre”. Los adultos saben que renegar a sus padres es una ilusión.

Cualquier realidad que estemos viviendo muestra la imagen que tenemos de nuestro “yo soy”. Así, cuando cambiamos la imagen interna que tenemos de nosotros mismos nuestra realidad también cambia. La prosperidad es una expresión de nuestras creencias. Muestra lo que pensamos y lo que sentimos, o lo que es igual, nuestro nivel de conciencia.

En la rueda medicinal inca, el camino del norte abre las puertas para dar paso a nuestro maestro interno. Llegado este momento, permitimos que las viejas energías basadas en el ego mueran para que surja un nuevo ser en nosotros: el Yo Superior. El camino del norte enseña al chamán el arte de beber el néctar de la vida, con la alegría y frescura del colibrí.

En la kabbalah aprendí el ejercicio de las 4M’s (Método Mágico para la Manifestación de la Moneda). Consiste en decir mi nombre seguido de la afirmación “yo soy próspera”. Esta es una declaración de altísimo impacto vibracional, por lo que nos permite accesar con facilidad a la fuente de prosperidad. La prosperidad se trata de tener una conciencia clara de quienes somos.

En una conferencia a la que asistí, Jhon Maxwell dijo que nos transformamos en aquello que pensamos por más tiempo. ¿Qué ocupa la mayor parte de tus pensamientos? ¿Cuáles son los temas de los que hablas? ¿Estas usando el “yo soy” desde lo que es (realidad divina) o desde tu ilusión (realidad terrenal)?

La prosperidad es un estado del Ser, expresado por el verbo del Ser “Yo soy”.

En romanos 12-2 Pablo dice: “No vivan mas según la realidad de este mundo, más bien transfórmense por medio de la renovación de vuestro entendimiento. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.Los altibajos económicos son en realidad altibajos de conciencia. La prosperidad es la voluntad de Dios. Lo único que se requiere de nosotros es que nos separemos de aquello que nos aleja de vivir su voluntad…