BAGDAD (AFP).- El primer ministro iraquí Iyad Alaui anunció que más del 11% del presupuesto de 2005 será consagrado a la defensa, mientras los atentados continuaban en todo el país, causando por lo menos 18 muertos este martes.

Alaui afirmó que el gobierno consagrará 2.200 millones de dólares este año al armamento de las fuerzas iraquíes y que duplicará sus efectivos.

«Debemos dotar a las fuerzas de policía y al ejército iraquíes de armas nuevas y modernas para darles la capacidad de proteger al país. Hemos decidido consagrar 2.200 millones de dólares para esta tarea», dijo en una rueda de prensa.

«Esa cifra irá aumentando gradualmente. Las Fuerzas Armadas serán la columna vertebral de la seguridad. Vamos a concentrarnos en la modernización del armamento. Ya hemos comenzado a hacerlo», añadió al subrayar la estricta necesidad de «reforzar los medios de las fuerzas que luchan contra el terrorismo».

Alaui expresó su deseo de formar una Fuerza Aérea «capacitada para proteger el cielo de Irak» y destacó su intención de hacer pasar este año el número de soldados de 66.000 a 150.000.

El primer ministro reconoció que «la situación de seguridad sigue siendo mala. No pretendemos haber triunfado, pero hemos hecho progresos en la persecución de los elementos terroristas», afirmó.

El presidente estadounidense, George W. Bush, y el primer ministro iraquí analizaron un plan de seguridad para las elecciones en Irak el 30 de enero pese a la ola de violencia y muerte que golpea al país, dijo Scott McClellan, portavoz de la Casa Blanca.

Bush y Alaui trataron «la preparación de las próximas elecciones, y se aseguraron de que estamos avanzando en la agenda fijada para el 30 de enero por la comisión electoral independiente iraquí», dijo McClellan a la prensa.

No obstante, a diario son cometidos atentados contra la policía y el ejército, cuyos equipos son inferiores a los de la guerrilla.

El martes en la mañana seis policías iraquíes murieron al estallar un coche bomba en el norte de Tikrit, 180 km al norte de Bagdad, indicó el ejército estadounidense.

«El martes, hacia las 09H30 (06H30 GMT), las fuerzas antiiraquíes (la guerrilla) hicieron estallar un coche bomba cerca de un puesto policial, matando a seis policías», declaró a la AFP el comandante Neal O»Brien, portavoz de la Primera División de Infantería.

El grupo de jordano Abu Mussab Al-Zarqaui, vinculado a la red terrorista Al-Qaida, reivindicó este ataque en un comunicado publicado en un sitio islamista de internet.

Por otra parte, en la ciudad de Samarra, 125 km al norte de Bagdad, cuatro soldados iraquíes murieron y otros dos quedaron heridos en una emboscada a las 14h00 (11h00 GMT), según un oficial iraquí, el teniente Thamer Amad.

Igualmente en Samarra, un soldado iraquí y un civil murieron durante un ataque contra una patrulla del ejército iraquí el martes a las 06h00.

Por otro lado, en una carretera cerca de Yusufiyah, 25 km al sur de Bagdad, tres civiles iraquíes murieron y otros tres resultaron heridos el martes al estallar una bomba al paso de un convoy estadounidense, indicaron testigos y una fuente médica.

«Eran las 07H30 (04H30 GMT). Estábamos en un minibús en la carretera cuando hubo una explosión al paso de un convoy estadounidense», afirmó uno de los heridos, Ahmad Abdalá, de 24 años.

Además, un intérprete iraquí del Ejército estadounidense fue asesinado 300 km al norte de Bagdad. En la capital, un coronel y un teniente coronel de la policía fueron asesinados y un policía herido en dos ataques separados.

Por último un oleoducto y un gasoducto fueron saboteados cerca de Kirkuk, informaron el martes voceros de la fuerza encargada de proteger las instalaciones petroleras.

Por otro lado, Un detenido en la cárcel iraquí de Abu Ghraib describió este martes los golpes brutales que recibía de parte del policía militar Charles Graner, quien reía mientras lo insultaba y humillaba por sus creencias musulmanas, según denunció.

La declaración de Ameen Al-Sheij, grabada un mes atrás en Irak, fue presentada este martes en la corte marcial que se le sigue a Graner, acusado de instigar las torturas a presos iraquíes.