Tras tres años de estudios es la primera dominicana en formarse en canto y dirección coral en la Escuela Profesional de Artes de Cuba
Juventud y talento confluyen en la persona de Alba Virginia Pérez Rosario, primera dominicana graduada en canto y dirección coral en la Escuela Profesional de Artes en Cuba, quien recientemente efectúo su recital de fin de grado en esta disciplina, durante una ceremonia en el histórico Teatro Sauto de Matanzas.
Desde pequeña, Alba Virginia que hoy día tiene 26 años de edad, supo que su vida estaría destinada a la música, su madre, amante de la buena música, su padre dotado de una hermosa voz, inculcaron en ella el gusto por este arte.
“Cada Día de Reyes y por 5 o 6 años consecutivos, mis padres tenían la costumbre de regalarme un pianito que se convirtió en mi divertimento teniendo yo unos 4 años”, recuerda.
Sin embargo, en sus años de bachillerato es cuando se interesó por el canto coral al integrarse al coro de la escuela, “en un primer momento como hobby y luego con la visión de estudiar más seriamente y alcanzar el grado profesional en algún momento de la vida”, dice.
Posteriormente, en el año 2015, la joven artista ingresa al Conservatorio Nacional de Música en la especialidad de Canto Lírico de la mano de la profesora Marianela Sánchez.
Cuenta que luego de haber tenido diversas experiencias cantando en coros, le empezó a interesar la dirección coral, carrera que aún no se imparte en la República Dominicana.
“Leticia Díaz y Rubén González, ambos cubanos y profesores del conservatorio, supieron sobre mi inquietud y gracias a la amistad que se fue gestando, empezamos a soñar con la posibilidad de venir a Cuba, pues además es un país cuya cultura, principalmente musical, me atraía mucho”.
Y así comenzó Alba Virginia esta nueva aventura. Luego de diversas gestiones informativas y una audición que hizo en diciembre de 2017, supo que era posible.
Emprendió esta nueva meta profesional en el año 2018 con toda la energía y también con el temor de desprenderse del seno familiar por primera vez, tanto tiempo y lejos de casa.
“Esto representó un gran reto en todo el sentido de la palabra; sin embargo gracias al apoyo de muchas personas y de instituciones como nuestro Ministerio de Cultura, pudo ser realidad este sueño que más allá de un logro personal, será la vía a través de la que podré contribuir a nuestro país en el ámbito de la música de concierto”.
La Formación en Canto y Dirección Coral. Desde el desconocimiento se podría llegar a pensar que dirigir un coro es un trabajo sencillo, pero la realidad es que la formación profesional es muy rigurosa.
De acuerdo con Alba Virginia se trata de una formación sumamente exigente: aparte de solfeo, armonía, análisis musical, contrapunto, requiere también un estudio del piano similar al de los pianistas concertistas, así como un profundo dominio de la historia de la música universal y por supuesto, habilidades en el trabajo vocal con coros de cualquier tipo e incluso con formatos instrumentales como la orquesta.
“Realmente es una carrera muy difícil pues tiene la característica que el director se sirve de muchas otras personas, sean cantantes o instrumentistas para hacer música. Ellos constituyen su instrumento y a través de ellos es que puede expresar todo el concepto técnico-artístico que encierra la obra. Sus manos, sus movimientos, sus gestos deben transmitir a las personas todo lo que siente como director. La dirección coral y orquestal abre panorámicamente los conceptos interpretativos”.
Una experiencia a largo plazo. “Sin dudas llena de aprendizajes, no solo musicales, sino también para la vida”, así define la joven artista su paso por la Escuela Profesional de Artes en la ciudad de Matanzas, una de las mejores de Cuba.
“Tuve excelentes profesores que siempre estuvieron dispuestos a brindarme todo su conocimiento y a guiarme en el proceso. Me siento muy feliz y honrada de haber estado en manos del doctor José Antonio Méndez Valencia, quien es referente de la Dirección Coral en Latinoamérica”.
La graduación. La talentosa joven, quien ocupó tres años de formación intensiva en la ciudad cubana de Matanzas, para el recitar de su graduación agotó un repertorio que abarcó disímiles períodos y géneros de la música universal y latinoamericana, concluyendo su recital con el merengue dominicano “Compadre Pedro Juan” del maestro Luis Alberti con arreglo de Excier Rodríguez.
Esta presentación le mereció la máxima calificación en su evaluación, lo que sienta precedentes excepcionales.
La nueva promesa dominicana agradeció al jurado que tuvo a bien otorgar la máxima calificación de 100 puntos; integrado por el profesor doctor José Antonio Méndez Valencia, Mtra. María Felicia Pérez (directora del Coro Exaudi), Mtro. José Antonio Méndez Padrón (director de la Orquesta del Lyceum Mozartiano de La Habana); y las profesoras Ivette Burgois (Jefe de la cátedra), Vanessa Herrera y Lucelsy Fernández.
En el espectáculo estuvo presente la señora Socorro Castellanos, ministra consejera de la Embajada de la República Dominicana en esa isla caribeña.
Al concluir el concierto, Castellanos sostuvo que es importante que al regreso de Alba Virginia Pérez Rosario al país en el mes de septiembre, “la valoren y suenen los coros dirigidos por ella” y “que se aproveche todo lo aprendido tras años de sacrificio, estudio y mucha dedicación para poder lograr esta calificación”.
“Que en la República Dominicana aprovechen todo lo aprendido por ella, que la aprecien, que la pongan a trabajar en Santo Domingo y a otros que como ella son valiosos también”, añadió la ministra dominicana en esa nación caribeña.
LA FRASE
“Mi deseo es contribuir con mi trabajo al desarrollo del movimiento coral dominicano, que va en ascenso gracias al trabajo de muchas personas a lo largo de nuestra geografía. Sobre todo busco transmitir a las nuevas generaciones que los sueños y metas que nos planteamos, si son meritorios, vale la pena luchar por ellos a pesar de todas las dificultades”.