Cuando Albert Pujols hizo tronar su nombre en las mayores en su primer año de novato con los Cardenales de San Luis en 2001 y fue electo por los Gigantes del Cibao en el sorteo de 2002, muchos pensaron que jugaría en el país en la pelota otoño-invernal.
Sin embargo, a medida que fueron pasando los años acumulaba grandes números y se convirtió en el principal cañón ofensivo y el líder de los Cardenales de San Luis, ahí mismo se fueron alejando sus posibilidades de jugar otoño-invierno con los Gigantes.
Su calidad, su progreso, sus números y sus responsabilidades de ser “hombre-franquicia” de los Cardenales, se convirtieron en una “verdadera pared de acero de 50 pies” que no es fácil volarla.
Incluso, el caballeroso jugador, ahora de los Angelinos, cada vez que visitaba el país y conversaba con la prensa deportiva, tocaba el tema y siempre lo dejaba abierto.
En el año 2015, le comentó al periodista Juan Mercado, en una entrevista, que deseaba jugar 15 partidos en la pelota otoño-invernal con los Gigantes del Cibao para que los fanáticos de todos los equipos pudieran verlo jugar aquí.
Era muy diplomático y siempre mostró interés en jugar aunque sus reales condiciones eran otras.
Amarrado con un contrato de 100 millones de dólares por siete años, en 2004, Pujols se concentró en su carrera con los Pájaros Rojos y nunca pudo mirar hacia República Dominicana. Y es más que entendible.
Y en 2011 Pujols le puso la tapa al pomo cuando firmó por más de 230 millones de dólares por 10 años con los Angelinos en la Liga Americana.
Caso parecido: Manny Machado.
Manny Machado, estelar antesalista de los Orioles de Baltimore, quien en la pelota dominicana pertenece a los Toros del Este, va por el mismo camino de Albert Pujols respecto a su posible participación en la pelota otoño-invernal dominicana.
Su cotización en las mayores cada día aumenta más y eso lo aleja de jugar aquí en un futuro cercano.
Se recuerda que el año pasado hizo el lanzamiento de la primera bola en el partido inaugural de los Toros, se colocó el uniforme y todo fue alegría.
Machado fue la segunda selección de los Toros en el sorteo de novatos de la liga dominicana de béisbol en 2011.
Nacido en Miami, Florida, de padres dominicanos, el cotizado bateador de 25 años de edad no ha podido enfundarse la franela de los Toros del Este y visualizando su futuro, parece que nunca lo hará, o eso sucedería luego que agote una extensa carrera en las mayores.
No se puede descartar nada en el deporte. Él es dominicano y tiene mucha pasión por la pelota, pero hay que entender que un jugador que pudiera convertirse en uno de los mejor pagados se le haría cuesta arriba jugar en la pelota otoño-invernal.
Con cuatro participaciones en Juegos de Estrellas y dos premios Guante de Oro, en apenas seis temporadas en las Ligas Mayores, Machado viene de registrar otra destacada actuación en 2017 con los Orioles.