Sinfónico” es el concierto que trae de vuelta al país al poeta, compositor y cantante  argentino Alberto Cortez este  viernes y sábado a las 8:30 de la noche  en el Teatro Nacional y en el Gran Teatro del Cibao.

Acompañado por el maestro Amaury Sánchez y la Orquesta Filarmónica de Santo Domingo, el cantante  interpretará sus éxitos de siempre y un otras canciones que nunca ha interpretado en el país.

“Lo que pretendemos hacer con Amaury es un espectáculo de alta calidad en el sentido de que la Orquesta va a tocar arreglos de alta calidad y yo voy a intentar meterme dentro de ellos”, señaló el artista al ser entrevistado vía telefónica.

El cantante, quien ya se encuentra en esta ciudad, dijo que se trata del mismo concierto que ha estado dando en el Auditorio Nacional de la ciudad de México con la Orquesta Sinfónica del estado de Veracruz.

“Fue todo un acontecimiento, porque hasta quedó gente afuera; hay que tener en cuenta que la edad pasa para mí y sin ser un viejo, soy un hombre de cierta edad y que me pasen estas cosas siempre es un privilegio y una alegría”.

A sus 70 años, el artista, que le canta a la vida, a los amigos y a los problemas que a diario ve, dijo que se siente privilegiado con el respaldo que también le dan los jóvenes.

Indicó de que a pesar de que los “chicos” tienen otros tipos de inquietudes, van a verlo a él  que es un cantante y compositor clásico. 

“Eso significa -creo yo- que todo lo que se canta en la actualidad es bastante insulso, con canciones muy repetitivas. Todo se repite, todo se imita y en una palabra no hay una originalidad clara”, explicó el cantante.

El intérprete de “Cuando un amigo se va” consideró que la música que se hace hoy día es más para mover el esqueleto y para divertirse, pero no para dejar un paso de una canción que pueda atravesar el tiempo o que tenga una previsión futura.

“En el futuro dirán allá por el año 2010 había un grupo de chicos que tocaban. ‘¿y que cantaban?’, ‘ah, no sé, pero cantaban’. Y así pasa con todo lo novedoso, porque hoy día somos unos esclavos absolutos de la moda”, dijo.

 En este sentido, Cortez entiende que todos quieren tener lo que está en boga, lo quieren comprar.

“A mí me resbala bastante la cuestión de la moda y lo único que hacemos es tratar de crear y de hacer las cosas bien y perseverar en una línea de trabajo que venimos haciendo desde hace muchos años”.

 Falta de asombro.  Otra cosa que el cantautor lamenta es ver como la humanidad ha perdido la capacidad de asombro ante los hechos de corrupción o cuando  ve a una persona desnuda.

“Hoy como que perdonamos fácil todo ese tipo de cosas. Antes era vergonzoso cuando un señor robaba, no solo para él sino para su familia. Hoy se ha perdido esa vergüenza”.

Sobre su salud.  El poeta  aseguró que está bien de salud, luego de que  el año pasado le operaran el brazo derecho  en un centro hospitalario en Madrid.

Recordó que durante una gira por México tuvo un problema en  ese brazo  y debido a ello fue operado y le colocaron dos  tornillos biodegradables.   “Ya estoy perfectamente bien, todavía estoy en terreno fisioterapeuta. Estoy bien en general, aunque tengo unos pequeños problemas de movilidad, no puedo levantar el brazo hasta arriba como yo quisiera, pero siempre tengo la mano izquierda, es una buena chica”, dijo con su tremendo sentido del humor.

Antecedentes

Nacimiento

Alberto Cortez nació en Rancul, provincia de La Pampa, Argentina, el  11 de marzo de 1940.

Escuela y música

A los seis años ingresa a la escuela primaria No. 31 de Rancul. Su madre lo envió a la delegación de conservatorio Alberto Williams que dirigía la señorita Elena Zamalloa

Compositor

Con tan solo 14 años comenzó a componer sus  primeras canciones. Una de ellas es el clásico “Un cigarrillo, la lluvia y tú”.

Cantante

En San Rafael, provincia de Mendoza formó parte como cantante de la orquesta Arizona dirigida por Ricardo Ortiz y Luis Pasquier; compartió cartel con Enrique Llambí.