El expresidente peruano Alberto Fujimori, de 83 años, será trasladado este jueves por problemas cardíacos desde un hospital de la seguridad social a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de una clínica de Lima, informó su médico personal, Alejandro Aguinaga.
El médico, quien también es congresista del partido fujimorista Fuerza Popular, confirmó en el canal N de televisión que Fujimori presentó una “fibrilación auricular que no pudo compensarse” hacia las 07.30 horas de hoy (12.30 GMT). Por ese motivo, dijo, el personal sanitario de la prisión policial del distrito limeño de Ate en la que cumple una condena a 25 años de cárcel, decidió llevarlo al hospital de la seguridad social de la zona, donde recibió las primeras atenciones.
“En estos momentos se le ha logrado compensar y va a ser trasladado, porque el hospital de Ate no tiene UCI, hacia la clínica Centenario”, en el distrito limeño de Pueblo Libre, donde el exmandatario es tratado habitualmente de las dolencias que padece. Aguinaga remarcó que Fujimori experimentó “una mejora inmediata» tras haber sido operado de una dolencia coronaria en octubre pasado, pero dijo que “ahora otra vez se ha descompensado».
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“Ya desde hace unas semanas ha estado con una fibrosis pulmonar que lo hace oxígeno dependiente, sobre todo por la tarde”, enfatizó. El médico sostuvo que la avanzada edad del exgobernante y las patologías que sufre “hacen deteriorar su salud». Recordó que además de los problemas cardíacos y la fibrosis pulmonar, padece unas lesiones en la lengua conocidas como leucoplasia, que son consideradas precancerígenas.
Aguinaga agradeció, en ese sentido, a los médicos del cuartel policial en el que se encuentra su prisión “por la rápida reacción» para atender los problemas de salud que experimentó este jueves. Fujimori, presidente de 1990 a 2000, fue trasladado a inicios de febrero de vuelta a la prisión policial tras haber sido internado en noviembre pasado en la clínica Centenario al presentar complicaciones por una fibrosis pulmonar, un mes después de haber sido sometido a una intervención por la obstrucción de una arteria del corazón.
Su regreso a esta prisión, en la que es el único interno, llevó al entonces ministro de Justicia de Perú, Aníbal Torres, a destituir a la funcionaria Susana Silva como jefa de prisiones de su país. Torres, quien es el actual primer ministro de Perú, criticó en ese momento que Fujimori haya regresado a una “cárcel dorada” y señaló que Silva no le informó de esa decisión.
El exmandatario es el único preso en una cárcel construida expresamente para él dentro de una base policial del distrito de Ate, en el este de Lima, donde aún debe permanecer hasta 2033, cuando tendrá 95 años. En ese lugar cumple desde 2009 una condena a 25 años de cárcel como autor mediato (con dominio del hecho) de las masacres de Barrios Altos y La Cantuta, cometidas en 1992 y 1993, respectivamente, por el grupo militar encubierto Colina, así como por dos secuestros tras el golpe de Estado que dio en 1992.
Sin embargo, desde que asumió funciones en el actual gobierno del presidente Pedro Castillo, a fines de julio pasado, Torres señaló que se iba a “reevaluar” su situación carcelaria para determinar si debe ser trasladado a una prisión común. La semana pasada el Tribunal Constitucional evaluó en privado una acción de hábeas corpus presentada por la defensa de Fujimori para que se deje sin efecto una decisión judicial que anuló el indulto que le otorgó en diciembre de 2017 el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018).
Al respecto, el TC dejó “al voto” su decisión sobre el tema, pero aún no ha informado el plazo en que emitirá una resolución.