El vicepresidente de la República,  Rafael Alburquerque, dijo ayer que la posición del Gobierno es poco flexible ante las sugerencias que puedan hacer algunos sectores en torno a la reforma fiscal que examina el Congreso Nacional, debido a que en la recomendación del Fondo Monetario Internacional (FMI) se explica claramente que la estabilidad macroeconómica depende del aumento de los ingresos del Estado. 

“El FMI ha hecho la advertencia, si no hay la aprobación de esta medida fiscal, puede entonces desestabilizarse la economía”, advirtió. Al referirse al rechazo que ha generado la reforma fiscal en los diversos sectores productivos, Alburquerque indicó que “necesitamos una suma determinada para  aumentar los recursos, si eso se logra no importa los medios, lo importante es el objetivo para que el país mantenga su estabilidad macroeconómica, su crecimiento”.    

Sostuvo que el Gobierno estudiará la propuesta hecha por el Consejo Nacional de la Empresa Privada, que reclama una reducción del gasto público y sugiere el establecimiento de un impuesto a los retiros bancarios, en vez de establecer uno a los activos de las entidades financieras.

De su  lado, el presidente de  Adozona, Aquiles Bermúdez, insistió en que el actual marco legal y la Ley de zonas francas ha sido lo que por más  décadas ha atraído la inversión extranjera, por lo que considera que debe mantenerse, y que cualquier cambio a la legislación debe efectuarse en el seno de la propia ley.