Alcaldes y otros altos cargos municipales de países de Latinoamérica debatieron este miércoles sobre la necesidad de humanizar y feminizar las políticas migratorias sobre la base de que “ninguna persona es ilegal».

Participan en la sexta Cumbre Iberoamericana de Agendas Locales de Género, organizada por la Unión Iberoamericana de Municipalistas (UIM) y el Ayuntamiento español de Santa Coloma de Gramenet (noreste), con la colaboración de otras organizaciones internacionales.

Los representantes locales explicaron sus experiencias en la mesa “La movilidad humana de las mujeres en los municipios iberoamericanos”, moderada por la líder del área de género del Buró Regional del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para América Latina y el Caribe, la argentina Guillermina Martín.

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En general, los participantes reclamaron una mejora de los marcos legales de acogida de migrantes con políticas mucho más humanitarias y destacaron que los movimientos migratorios no deben verse como un problema, sino como una oportunidad que puede favorecer a los mercados laborales de los países receptores, además de pedir que se desarrollen servicios de atención centrados en estas personas.

En el caso de las mujeres y las niñas, pusieron el foco en combatir la violencia que sufren y el acoso al que están sometidas, proporcionarles una atención adecuada en salud sexual y reproductiva y analizar su precariedad laboral.

Asistieron el alcalde de Fortaleza (Brasil), José Sarto Nogueira Moreira; la vicelacaldesa de Esquipulas (Guatemala), Gloria Leticia Portillo; la secretaria de gobierno de la Alcaldía de Barranquilla (Colombia), Jennifer Villarreal de Hoyos, y el subdirector de migrantes en la secretaría de inclusión y bienestar social (SIBISO) de Ciudad de México, Jorge Omar García Hidalgo.

En declaraciones a EFE, la alcaldesa de Valdivia (Chile), Carla Amtmann, recordó que en su localidad las políticas sobre migraciones y género son muy recientes, puesto que cuando llegó al cargo, hace poco más de un año, eran inexistentes.

“Nos encontramos con un municipio que no contaba con los espacios para siquiera reconocer la existencia de los sujetos y sujetas migrantes”, precisó.

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Subrayó que la oficina de Mujeres y Diversidad “dialoga permanentemente” con la de migraciones porque, aunque las mujeres no son mayoría entre los recién llegados, “sí que son las que se encargan de tocar las puertas del Estado para buscar ayudas sociales o espacios de inserción y cohesión social».