Los grandes aportes a la patria en el campo del deporte y una vida ejemplar no fueron suficientes para impedir un agravio del Estado que lo despojó de once mil pesos en los momentos más apremiantes de su vida por su ancianidad y enfermedades.

“El Gobierno lo mató”, fue la expresión que oí cuando llamé a Mao dando seguimiento a su estado de salud, agravado por la depresión en que cayó al ser despojado, por disposición de la Contraloría General de la República, del chequecito que recibía del Ministerio de Deportes.

Este caso pone de nuevo sobre el tapete la situación de muchos inmortales del deporte, que por el hecho de recibir un modesto reconocimiento monetario del Estado, por sus grandes aportes al país, quedan invalidados de recibir otro cheque del gobierno sin importar que hayan prestado o presten servicios a la administración pública.
La Ley 85-99 “otorga pensiones del Estado a toda persona que haya sido exaltada al Salón de la Fama del Deporte Nacional, y a aquellos atletas que hayan logrado poner en alto el nombre de la República, tanto en el país como en el extranjero”.
En este caso no se trata de “pensiones” sino de un reconocimiento, una gratificación del Estado a estos héroes deportivos, muchos de ellos eficientes servidores del Ministerio de Deportes a quienes se les ha despojado de sus salarios o pensiones enarbolando la Ley 379.

Como puede apreciarse, el uso inadecuado de un término crea y seguirá creando situaciones de injusticia con viejas glorias del deporte, por lo que resulta urgente la modificación de Ley 85-99 para que situaciones como la padecida por Alcibíades Colón, no continúen ocurriendo.