Estos actos delincuenciales deben ser castigados de manera ejemplar

Quienes participan en la elaboración y venta de alcohol falsificado y que además comercializan una serie de bebidas de nombres exóticos fabricados sobre la base del tóxico químico denominado metanol, son pasibles de ser condenados hasta a 30 años de cárcel de acuerdo a los artículos 301 y 302 del Código Penal.

Pero como aquí se le busca bajadero a quienes cometen grandes fechorías vi con estupor que a varios comerciantes sorprendidos en esta acción criminal, solo les impusieron el pago de 10 o 20 salarios mínimos y el cierre temporal de sus negocios aplicando la Ley General de Salud 42-01 del 8 de marzo del 2001.

La acción de falsificar bebidas reconocidas o de fabricar rones o wiskies sin ningún registro sanitario o industrial en base a elementos tóxicos como el metanol es pasible de la aplicación de medidas más drásticas que las contempladas en la Ley General de Salud por la secuela de muertes que acarrean estos hechos.

Estos actos delincuenciales deben ser castigados de manera ejemplar judicializando las muertes y lesiones permanentes causadas a los que atraídos por los bajos precios de estas bebidas caen en su consumo con la secuela de muertes que de Semana Santa a la fecha ha dejado más de cien víctimas.

El año pasado murieron más de 200 personas a causa del consumo de estas bebidas y aunque las autoridades están tomando medidas y cerrando fábricas “clandestinas” en todo el territorio nacional, creo que si no se aplican los artículos 301 y 302 del Código Penal logrando fuertes condenas para todos los involucrados en este negocio, año tras año, caeremos en lo mismo.

A quienes falsifican alcoholes se les debe aplicar el Código Penal, no la Ley de Salud