Alcoholismo: afecta hombres y mujeres

Alcoholismo: afecta hombres y mujeres

La edad de inicio de consumo de alcohol ha bajado significativamente, entre 15 y 18 años. La población que se inicia pertenece a las diferentes clases sociales: altos, medios y bajos. Las mujeres en las últimas décadas han exhibido consumos más activos y con modalidades y patrones de consumo al  igual que los hombres. Los tragos sociales, los encuentros, la diversión y la salidera están motivados y relacionados con alcohol, tabaco y, en algunas ocasiones, marihuana y cocaína.

El consumo de alcohol más pesado se presenta en adultos de 20 a 25 años. Las mujeres presentan  menos dependencia y abuso del alcohol que los hombres, y tienen menos propensión a la violencia y a las conductas delincuenciales. Sin embargo, las implicaciones psicosociales y conductuales por abuso o dependencia afecta a ambos sexos, siendo los jóvenes de 18-22 años los más afectados.

El alcohol es un depresor del Sistema Nervioso Central que produce sedación, que crea tolerancia y dependencia, alterando la dopamina y activa los centros del placer, contribuyendo al craving y a la desinhibición asociada al consumo. En sus inicios el consumo es por recreación o placer; pudiendo crear alteración de Neuro-adaptación, de intoxicación y de alteración mental y física en las personas, ocasionando agresión, violencia, accidentes, homicidios, bajo rendimiento académico y laboral, así como conflicto familiar y de pareja.

Para  diagnosticar el alcoholismo se realiza un historial médico y test que valoran el riesgo, como son: A) toma más de tres veces por semana. B) Cuando toma pierde la capacidad de parar. C) Presenta más de tres a cinco borracheras al año. D) Su personalidad se altera cuando toma. E) Espera de forma ansiosa el fin de semana para tomar. F) Elige actividades sociales porque se toma. G) Ha tenido accidente o riesgos al manejar por embriaguez. H) Ha prometido a la familia o amigos cambiar o dejar el alcohol. I) Ha tenido ausentismo laboral, baja productividad o vida desorganizada por el alcohol. J) En su familia: abuelos, padres, tíos, hermano han padecido de alcoholismo o conductas adictivas. K) Ha tenido enfermedades físicas por el abuso de alcohol, etc. Sí presenta más de cuatro a seis de la escala tiene riesgo de padecer de alcoholismo.  Miles de personas han presentado conductas de alto riesgo, disfuncionabilidad e incapacidad para asumir proyecto de vida saludable, integral y para la felicidad, debido al alto consumo de alcohol, o al estado dependencia, pero niegan su condición, o se aislan, o deciden optar por una actividad con amigos bebedores de forma recurrente.

El alcoholismo es una enfermedad crónica, que tiene riesgo cardiovasculares, neurológico, gástricos, hepáticos, cáncer, disfunción sexual y alteraciones mentales importantes. Pero su impacto en la familia es desgarrador, debido al maltrato psico emocional y moral que hace el alcohólico con la pareja, los hijos y los padres.  Es de ahí que la familia empieza a tener desapego, pobres vínculos, indiferencia o sentimiento de culpa, depresión, ansiedad, resaca moral, vergüenza, debido a la actitud de la persona afectada por el alcoholismo. Es una verdadera pena que cientos de jóvenes, hombres y mujeres no comprendan el impacto de esta enfermedad y su comorbilidad con la marihuana, tabaco y cocaína, donde quedan atrapados en la dependencia, y el proyecto de vida individual, familiar y social se queda en la ilusión.

Hoy por hoy el país no asume las políticas públicas del juego responsable ni del consumo de alcohol. Solo observamos cómo se pierden cientos de vidas jóvenes en accidentes, violencia social, producto del alcohol; desertan de universidades, asumiendo una vida sin propósitos, con deambulación y estilo de vida irresponsable. Cuando se practica una vida placereada entre alcohol, sexo, tabaco, marihuana, el pronóstico es malo, y si los amigos o parejas son de alto riesgo, el deterioro es mayor. La cultura nuestra y nuestros estilos de vidas es de tendencia a la búsqueda del placer, el  consumo, el juego, el gozo no planificado y darnos permiso para vivir la “felicidad”.

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