Aldeas Infantiles alerta de no dejar a los niños de Haití en la calle

Aldeas Infantiles alerta de no dejar a los niños de Haití en la calle

Viena, (EFE).- Apenas 24 horas después del terremoto que devastó Haití el pasado enero, la ONG Aldeas Infantiles (SOS Kinderdorf) tenía a gente trabajando en el terreno. Dos días después del seísmo en Chile, su red en el país ya ofrece asistencia a niños que se han quedado solos.

«Para nosotros Haití y Chile son dos situaciones completamente distintas», explica a Efe Richard Pichler, secretario general de esta ONG fundada en Austria en 1949 y él mismo criado en una aldea infantil.

«En comparación, Chile está acostumbrado a enfrentarse a catástrofes y tienen recursos para hacerlo», indica Pichler, quien sí anunció que ofrecerá al Gobierno chileno ayuda para hacerse cargo temporalmente de niños cuyos padres no pueden ocuparse de ellos.

En Haití, por contra, al tiempo que la atención mediática se difumina, Aldeas Infantiles da de comer a 10.000 niños cada día, una cifra que esperan cuadruplicar en las próximas semanas.

«Es muy importante integrar a la población local en los programas de ayuda», destaca. «Están saliendo poco a poco del trauma y ven que tienen que pensar en el futuro. Tienen que tener algo que hacer, si no puede darse una situación peligrosa: que todo Puerto Príncipe se acostumbre a esperar a que llegue la ayuda».

«Lo que les decimos es: preocuparos de reconstruir vuestras casas y nosotros nos ocupamos temporalmente de cuidar a los niños solos. Dejando claro que en 12 ó 18 meses tenemos que aclarar qué va a pasar con esos niños», explica.

Ahí es donde se aplica la filosofía de Aldeas Infantiles.

«Lo que ofrecemos a los niños es la perspectiva de una relación a largo plazo. Queremos ser un compañero de confianza para niños que no pueden estar con su familia por distintas causas, porque hemos aprendido que los niños lo necesitan», asegura.

Una necesidad que no distingue entre países pobres o ricos. «Un niño en España que no puede crecer con sus padres tiene el mismo trauma que en Bolivia».

A ese reto la ONG se enfrenta casi exclusivamente con el dinero de las donaciones privadas. La campaña de Haití reunió 20 millones de dólares en cuatro semanas. Un dinero que Pichler insiste no se invertirá entre «hoy y mañana».

«El problema es tan grande que estamos hablando de un periodo de 10 a 15 años para reconstruir casas, escuelas, centros médicos, relató. Al respecto, el directivo se refirió al debate sobre cuánto deben inmiscuirse las ONG en la tarea gubernamental.

«En realidad deberían ser los Gobiernos los que hagan ese trabajo. Pero no podemos dejar en la calle a niños de cinco años porque el Gobierno no está en situación de asumir el problema», razona.

Volviendo al tema de los donativos, Pichler se refirió a la denuncias de despilfarro que se suelen hacer contra las ONG.

En Aldeas Infantiles, el 80 por ciento del dinero llega al país de destino y el resto es para gastos de administración y personal.

«En cualquier sitio donde se hace este trabajo, ocurren fallos. No lo quiero negar», reconoce Pichler, quien asegura que «las organizaciones profesionales tienen sistemas de control para mantener esos abusos al mínimo».

«Veinte millones de dólares no es una cantidad pequeña. Tenemos que ser capaces de mirar a los ojos a los donantes porque se ha gestionado de forma profesional. Y para eso hacen falta instrumentos de control, entrenamiento de empleados, formación», enumera.

Respecto a la campaña de Haití, Pichler destaca que por primera vez se ha sentido «una gran ola de solidaridad en Latinoamérica», especialmente en Brasil, Argentina, Venezuela y México.

Al respecto, Pichler destacó la evolución de la ONG en España. «Es un camino interesante, de receptor a donante. Los primeros fondos para Aldeas Infantiles en España fueron recogidos en Alemania hace 30 años. «Hoy (los donantes españoles) ya pueden aportar cinco millones de euros para Latinoamérica».

Porque, más allá de desastres mediáticos como los de Haití y Chile, Pichler recuerda que hay catástrofes de las que no se habla y que, en general, «se ha avanzado muy poco» en la defensa de los derechos de los niños.

«Tenemos ahora en Guayaquil (Ecuador) una nueva aldea infantil en desarrollo. Vamos a abrir la aldea número 500 en Cali, en Colombia». Son sólo dos de las 17 iniciativas que Aldeas Infantiles pondrá en marcha en 2010 en Latinoamérica. En total, esta ONG está presente en 132 países, donde ofrece apoyo y un hogar a 78.000 niños y jóvenes. EFE

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