Aldemaro Romero

Aldemaro Romero

BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
Aquel enero de 1971 estaba en Caracas, pregunté: «qué hay de nuevo en Venezuela?: La Onda Nueva ¿y qué es la Onda Nueva? La Onda Nueva era un derroche de talento, una hermosa y armónica mezcla de ritmos, melodías, coros, síncopas breves y muy breves y el enriquecimiento y vestido universal para la música venezolana. «Y cómo era eso? 

Era el genio de Aldemaro Romero, hurgando, estudiando, buscando afanosamente introducir la música venezolana en la corriente mundial que demanda ensayos, tientos, locuras, el manejo de espacios, silencios, ritmos insólitos y el mantenimiento de melodías de tan dulce encanto que deben permanecer para siempre.

La Onda Nueva es un contrapunteo musical donde la pugna entre lo instrumental y lo coral se funden en una explosión de belleza y armonía, es una feliz mezcla de ritmos sincopados que descompone y enriquece la forma primitiva de canciones tan emblemáticas como Alma Llanera, que hace mucho dejó de ser el segundo himno de Venezuela para ser uno de los himnos de América.

Mi primer encuentro con Aldemaro Romero fue en 1958, a través de uno de sus primeros discos: Dinner in Caracas, transmitido por Rahintel en un programa cuyo nombre se me escapa. Luego compré todos sus discos en Sears de Bello Monte, cuando viví en Venezuela como Cónsul en La Guaira.

Los arreglos de valses tradicionales contenidos en Dinner in Caracas números I y II, son de antología.

Su visión, su comprensión de la cultura tradicional y la necesidad de que se rescate y se vista de la manera brillante en que él lo hizo, lo colocan en un altísimo sitial de la música nuestra.

La muerte de Aldemaro Romero nos conmovió a Miriam y a mí y fue una noticia desagradable. Mi nuera Esther, cuando la llamé para que informara a Juan Gabriel, mi hijo menor, comentó: a Bonaparte le gusta mucho.

Julio Bonaparte es el varón mayor de mi primer hijo: Julio Heberto.

Recuerdo aquel año en que mi primer nieto: Iván, le pidió a su madre un regalo de Reyes muy extraño: un disco del grupo español Laredo cantando poesías de José Martí.

Y es que la vida se nutre de tantas y tan diversas fuentes que.

Otoño del 2002 voy con Miriam al centro comercial San Bil (lo escribo como suena) en Caracas, el empleado me preguntó «quién es ése? cuando le pedí ver los discos de Aldemaro.

¡Coño! La ignorancia en América comienza en la escuela, en los medios de comunicación y sigue y termina en las políticas desnacionalizantes de los gobiernos que enseñan lo ajeno y soslayan lo nuestro.

Es un pecado mayor de Venezuela, que un venezolano no sepa quién es Aldemaro Romero y venda discos. Es grave pero no es extraño aquí en cualquier casa de discos no saben quién era Bienvenido Bustamante y Por ahí María se va?

Nos educan para que creamos que somos ciudadanos de tercera y que los buenos son ellos. Y no es verdad. Nosotros, en América, somos buenos? y ellos también.

Henríquez y Carvajal dijo que América era tan infeliz que sólo reconoce a sus grandes hijos cuando están muertos.

Y es que no comprendemos cómo fuerzan la historia para que gire en torno al eurocentrismo, que Europa es el primer mundo, Estados Unidos el segundo y los demás somos como lo último que entra la vaca al monte, por eso el joven venezolano no conocía a Aldemaro.

José Martí lo dijo: por grande que esta tierra sea, y por ungida que esté para los hombres libres de América en que nació Lincoln, para nosotros, en el secreto de nuestro pecho, sin que nadie ose tachárnoslo ni nos lo pueda tener a mal, es más grande, porque es la nuestra y porque ha sido más infeliz., la América en que nació Juárez.

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