Lágrimas, emoción, anécdotas, confraternidad, llamado a la unión y muchas vivencias de vidas a través del deporte, matizaron ayer la exaltación del XIII Ceremonial del Salón de la Fama de las Artes Marciales que se llevó a cabo con gran brillantez en el Pabellón de la Fama del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte.
Luego de entonar las notas del himno nacional y del Salón de la Fama, el maestro de ceremonia llamó al diácono, Elías Camino, quien realizó la invocación a Dios, en un bonito mensaje que llamó a todos a la reflexión.
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De inmediato se llamaron a los integrantes del Comité Permanente del Salón de la Fama para que ocuparan su lugar, en el pódium principal. Acto seguido, Heidi Despradel, miembro coadyuvada, anunció la entrada de los abanderados donde se rindió homenaje a los atletas Paralímpicos de la República Dominicana que estuvieron en los pasados Juegos Olímpicos de París, Francia.
El doctor Norberto Puello dio las palabras de bienvenida a los presentes y a la familia de las Artes Marciales. Se le dio la bienvenida al presidente de honor, doctor Carlino González, al igual que al inmortal del deporte, Julio Mon Nadal, a quien estaba dedicado el Ceremonial 2024.
El evento tuvo el auspicio de Distribuidora Corripio, el Ministerio de Deportes y Recreación, de Obinsa, obras de ingenierías e inversiones SRL.
Recibieron placas de reconocimientos los deportistas, el doctor Emilio Antonio Jiménez Laucet, Leo Alejandro Marion-Landais Ciriaco, Rhino Richiez y Academia de Taekwondo Pequeños Titanes de Hato Mayor, por sus grandes aportes a las Artes Marciales.
Los diferentes miembros del Comité Permanente entregaron placas a los exaltados y reconocimientos. El primero en ser exaltado fue el entrenador de Judo, Domingo Asencio, quien tuvo como edecán a su padre, Manuel Antonio Gómez. Esos trabajos los dirigieron Noberto Puello y Angel Ramos Brusiloff, presidente y secretario general del Salón de la Fama.