POR MARIEN A. CAPITAN
En medio de un ambiente matizado por un gran número de militantes peledeístas que coparon algunas de las instalaciones de la cartera, Alejandrina Germán asumió ayer el cargo de secretaria de Educación.

A su llegada, que se produjo poco antes de las once y media de la mañana, Germán fue recibida por la ex vicepresidenta y secretaria de Educación, Milagros Ortiz Bosch, quien la esperó en la entrada del edificio junto a los subsecretarios que trabajaron con ella durante sus cuatro años de gestión.

Germán entró a Educación al compás de los aplausos de todos los que estaban en el lugar. De buen humor, visiblemente contenta, Germán subió las escaleras en compañía de Ortiz Bosch.

Una vez en el despacho, sorteando a la gente que se aglomeraba en los pasillos con la intención de llegar hasta ella, Germán sostuvo una reunión en privado con la secretaria saliente. Mientras, el salón Azul de la tercera planta se reventaba: como todos pensaban que allí se haría el cambio de mando, intentaban buscar la manera de entrar.

Posteriormente, el secretario administrativo de la Presidencia, Luis Manuel Bonetti, decidió que el acto se hiciera en el despacho, lo que ayudó a que la confusión se disipara un poco.

Tras sostener que era de gran satisfacción participar en la toma de posesión de  Germán, Bonetti la definió como a una mujer a carta cabal, honesta e inteligente. También como a una persona eficiente y con capacidad.

  Pidió a Germán que siga al pie de la letra los lineamientos que bajó el presidente Fernández en su discurso: hacer una gestión de austeridad y tomar sus decisiones de acuerdo a la base legal del ministerio que dirigirá.

 Comprometiéndose a dar continuidad a las acciones educativas que se han emprendido a partir del Plan Decenal de Educación y del Plan Estratégico de Desarrollo de la Educación, Germán destacó los avances tecnológicos e informáticos que se han llevado en la cartera. Afirmó que continuará modernizándola y que logrará avanzar en la equidad educativa para lograr que los hijos de los pobres puedan tener una educación de calidad. Para ello, solicitó el apoyo de la apoyo de la sociedad civil y la Asociación Dominicana de Profesores (ADP).

Ortiz Bosch, de su lado, le entregó a Germán los documentos más importantes, un libro con la historia de la Secretaría, cinco tomos que recogen la rendición de cuentas de su gestión, las invitaciones de los actos a los que tendrá que asistir, el inventario de los bienes de la cartera y un resumen de los programas educativos que están en marcha y cuentan ya con su financiamiento.

Momentos más tarde, era hora de partir. El tiempo de Ortiz Bosch había terminado y Germán, tan atenta como fue recibida, la acompañó hasta la puerta de salida. En esos instantes, emocionada y triste, Ortiz Bosch fue aplaudida y vitoreada por un nutrido grupo de personas en el que sus allegados se mezclaron con los recién llegados.