Alejandro De Aza impacta con su fogosidad

Alejandro De Aza impacta con su fogosidad

POR CLARK SPENCER
Del Miami Herald

Alejandro De Aza tenía 15 años cuando le dijo a su coach de béisbol en la República Dominicana que si no lo dejaban jugar en los jardines, tomaría su guante y se iría a casa. El coach cedió.

De Aza tenía 20 años cuando los Marlins lo seleccionaron en la regla V del draft, y lo colocaron en su sistema de liga menores.

Tenía 22 años cuando se presentó en febrero a los entrenamientos de primavera, con chances de hacer el equipo tan remotos que le dieron un casillero de los que se otorgan a los jugadores que todo el mundo sabe que no llegarán.

Ahora, con 23 años, De Aza podría ser la respuesta a las oraciones de los Marlins. Y para un ejecutivo de los Marlins que habló del surgir de De Aza como el jardinero central de calibre que Florida ha buscado los dos últimos años: “Gracias a Dios”.

A De Aza solo le ha tomado 14 partidos para crear una impresión tan fuerte que los Marlins no ven necesidad de pasar otro invierno buscando una opción capaz de jugar la posición.

Catorce juegos en su carrera, y De Aza está bateando .333. Catorce juegos, y los Marlins ya lo han elevado de octavo a segundo en la alineación. Catorce juegos, y De Aza dijo que se siente como un veterano.

VETERANO DE CORAZON

“Me siento como que he estado aquí por siempre”, dijo De Aza el domingo en Nueva York antes de conseguir al menos un hit en los 13 partidos que ha jugado como abridor para los Marlins. “Parece como si estuviera aquí desde hace dos ó tres años”.

Pero no lo ha estado. De Aza no ha estado tampoco casi toda la temporada, pasando cuatro meses en la lista de lesionados debido a una fractura en un pie que sufrió poco después del Día Inaugural. “Fue muy decepcionante, porque pensé que me iba a tomar una semana o menos”, dijo De Aza. “Eso me tomó cuatro meses”.

Y por eso, De Aza regresó con vigor añadido. Demostró su descontento al poner un truño cuando Fredi González le informó que no jugaría el domingo. Para cuando comenzó el juego, González había cambiado de parecer y De Aza estaba en la alineación. De Aza está tan impaciente para recuperar el tiempo perdido que casi no puede esperar su turno para batear.

“Me gustaría tomar 100 turnos al bate ahora mismo porque he estado fuera por mucho tiempo”, dijo.

El que De Aza se encuentre en esta posición es una sorpresa.

Sus coaches de la juventud en la República Dominicana pensaban que sería un lanzador. Pero De Aza, después de intentarlo, dejó el pitcheo de lado y exigió jugar en los jardines.

“No me gustó lanzar, pero era la única forma en que iba a jugar, porque había demasiados jardineros”, dijo De Aza. “Luego me di cuenta que no quería ser lanzador. Se lo dije a mi coach y le informé que si no jugaba en los jardines me iba a casa”.

Y así fue que De Aza se convirtió en jardinero. Los Dodgers de Los Angeles lo firmaron cuando tenía 17 años y lo convirtieron en jardinero de esquina. Pero durante los entrenamientos de primavera del 2002, ocupó el puesto en el central un día. Desde entonces se ha quedado ahí.

Cuando los Dodgers lo dejaron desprotegido en la fase de liga menor de la regla V del draft en el 2004, los Marlins se lo llevaron y lo asignaron a clase A en el 2005.

En febrero, cuando De Aza se presentó a los entrenamientos de primavera, estaba lejos en la lista de jardineros centrales, detrás de Eric Reed, Reggie Abercrombie y el veterano Alex Sánchez.

PIENSA EN GRANDE

“Siempre pienso en grande”, dijo. “No digo, bueno en dos ó tres años les demostraré que puedo jugar”.

De Aza disfrutó una primavera tan excelente que ganó un puesto para el Día Inaugural. Ahora, luego de una interrupción de cuatro meses para sanar su tobillo, De Aza está de vuelta en la alineación.

Aunque no tiene poder de jonrón, posee una buena velocidad (promedió 30 robos durante las últimas tres temporadas en las menores) y ha demostrado un buen alcance en el central.

También ha presentado una gran determinación, corriendo duro en los elevados que son out en un 99.99 por ciento de las ocasiones.

“Aprendí a jugar béisbol duro”, dijo.

“Uno nunca sabe lo que puede suceder. A veces uno cree que el jardinero va a atrapar la bola y luego la deja caer. Hay que tomar cada oportunidad que el juego te da”.

Datos

Edad    23 años
Altura   6’0”
Peso    174 libras
Batea   Zurdo
Tira      Zurdo
Salario US$300,000
Versión: (Dionisio
Soldevila Brea)

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