A lo largo de quince años de carrera, Alejandro Fernández ha conseguido transmitir con su propio estilo la cultura de México en el mundo entero.
Con un sello decididamente charro, romántico y enamorado, Alejandro es depositario de una herencia artística a la que ha honrado con un aporte original, dándole a la canción romántica mexicana un desarrollo afincado en la tradición, pero conciliado con la modernidad.
Es un auténtico embajador de su patria. No podría ser de otra manera: el hombre lleva a México en la sangre. Es un artista consolidado, muestra de ello son los 15 millones de copias vendidas y los 15 álbumes lanzados internacionalmente.
Una carrera discográfica consistente que, desde su debut en 1992, le ha permitido múltiples premios y reconocimientos.