Alejandro Fernández: en el cine y la canción para ser mejor

Alejandro Fernández: en el cine y la canción para ser mejor

Alejandro Fernández es el galán y cantante mejor pagado de Latinoamérica. Físicamente da la talla para ser en pantalla lo que los hollywoodienses llaman “un monstruo sagrado”. Es carismático, talentoso y empecinado en superarse en cada trabajo que realiza, lo mismo como actor que como cantante.

“De mi padre lo aprendí”, dice el apuesto artista, que acaba de convertir en realidad uno de sus sueños profesionales: encarnar en la pantalla grande al caudillo mexicano Emiliano Zapata.

Lo hace acompañado por un séquito de bellas actrices –entre las que destaca la venezolana Patricia Velásquez, Lucero, y Angélica Aragón. Además participan actores de la valía de Jaime Camil, Jesús Ochoa, Roberto Sosa y Arturo Beristain, dirigidos por Alfonso Arau (“Como agua para chocolate”), que también es el autor del guión. Arau es el cineasta mexicano que con mayor fidelidad representa a los directores de nuestra lengua en Hollywood. Su última película en inglés se titula “A walk in the clouds”.

“Trabajar a las órdenes de Alfonso Arau en Zapata, y con tan excelente reparto en un guión sobre la vida de Emiliano, es lo más hermoso que me puede suceder profesionalmente”, comentó el actor.

[b]SU PADRE COMO MODELO[/b]

Es tanto el respeto que siente por su padre, Vicente Fernández, toda una institución en México, que prefiere que su progenitor no acuda a los estudios cuando está rodando.

“Su presencia me pone nervioso. Mi padre es excesivamente perfeccionista y siempre me pide más de lo que pueda dar. Sé que es muy importante, pero prefiero que vea mis trabajos cuando estén terminados”.

Lo que es se lo debe a su padre. “Siempre quise ser igual que él, y la vida me lo ha concedido. Mi padre es el modelo a seguir en todos los sentidos. Humanamente es muy grande, y como artista es inmenso. Es mi mejor consejero”.

De hecho, le gusta que lo llamen “El Potrillo de México” porque se lo puso su padre cuando era un adolescente.

Debutó en el cine a los 5 años, en “Picardía mexicana”, dirigida por Abel Salazar, aunque nunca se ha creído un niño prodigio. “Aquel primer trabajo en el cine lo hice creyéndome que estaba jugando. Aún no sabía la importancia que tiene ser actor profesional”.

Aquel mismo año participó en “Arracadas”, de Alberto Mariscal, y, en 1979 en “El tahúr”, a las órdenes de Rogelio A. González Jr. En 1991 rodó “Mi querido viejo”, de Rafael Villaseñor Kuri.

“Pero mi lanzamiento como actor cinematográfico ha sido ahora, con Zapata. Para encarnar al líder agrario tuve que estudiar mucho. Leí varios libros sobre él y me documenté a través de artículos que se han escrito durante muchos años. Hemos rodado varios meses, pero estoy muy satisfecho de la película que hemos conseguido. Sé que Alfonso Arau piensa lo mismo”.

[b]AUTOR DE LA BANDA SONORA[/b]

La filmación de “Zapata”, fue en la hacienda Coahuixtla, en el pueblo de San Pedro Apatlaco, y en Chinameca, ambos del municipio de Ayala en el estado de Morelos, escenario testigo de la vida de Emiliano Zapata.

Amable con la prensa, caballero de pura cepa, Alejandro Fernández ha hecho de su carrera un sacerdocio. Además de su participación en el papel de Zapata, es el autor de la banda sonora.

Respecto a su llegada al mundo, explicó: “Nací en la capital de México el 24 de abril de 1971, pero mis padres me registraron en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, de lo que me siento orgulloso porque es cuna de Mariachis. De mi padre no puedo contar nada que el mundo no conozca, pero mi madre es María del Refugio Abarca, a la que le llamamos Cuca. Tengo dos hermanos, Vicente y Gerardo. Los tres crecimos en el seno de una familia unida, tanto, que somos una piña que, como Los Tres Mosqueteros, somos uno para todos, y todos para uno. Estudié primaria en el Cervantes Colonial; la secundaria, en el Cervantes del Bosque, la preparatoria y me matriculé en la Universidad Valle del Atemajac para estudiar arquitectura, que era lo que me interesaba. Mi mayor interés era complacer a mis padres, ya que ninguno de mis hermanos había terminado una carrera”.

Lleva la música en la sangre, igual que su orgullo de ser mexicano, que le fue inculcado por su padre, tanto a él como a sus hermanos. “Ser mexicano es un privilegio”, afirmó.

¿Cómo se definiría el hijo de Vicente Fernández? “No es fácil que un hombre se defina en corto tiempo, pero puedo demostrar que soy sencillo, que creo en la amistad; me encanta la vida del campo, amo todo lo simple, ya que lo grande no lo es todo en la vida. Hay pequeños detalles que me pueden aportar una felicidad enorme, o me pueden hundir espiritualmente. Creo que el dinero es necesario para cubrir las necesidades materiales, pero no lo resuelve todo. Nací artista, ya que a los cinco años debuté interpretando la canción “Alejandra” ante un auditorio de diez mil personas. Nunca he olvidado aquella experiencia, pues fue tanta la emoción que me eché a llorar”.

Tras actuar en distintos escenarios del país azteca cuando su padre lo presentaba en sus conciertos, irrumpió en el mundo discográfico en un disco homenaje a la música mexicana titulado “México, voz y sentimiento”, interpretando el tema “Amor de los dos”.

“Fue un éxito. Tanto, que decidí convertirme en cantante profesional, siempre con la ayuda de mi padre. Por eso en diciembre de 1991 grabé mi primer álbum con el simple título de Alejandro Fernández. Con él hice mi primera gira por todo México, varios países latinoamericanos y ciudades estadounidenses”.

Uno de sus mayores triunfos lo obtuvo en 1993, cuando encabezó junto a su padre un espectacular concierto en el Palacio de los Deportes de la capital mexicana.

Domina a la perfección diferentes facetas musicales, como demostró cuando en 1993 salió al mercado su disco “Piel de niña”, de corte romántico.

Al año siguiente presentó otro CD, “Grandes éxitos a la manera de Alejandro Fernández”, en el que interpreta a grandes compositores como Armando Manzanero (a quien considera uno de los más ilustres de América), Luis Demetrio y José Antonio Méndez. En 1995 grabó “Que seas muy feliz”.

[b]PADRE DE CINCO HIJOS[/b]

Su vida, por ser famoso, le interesa a todos los medios de comunicación, por eso el pasado 4 de febrero salió a la luz la noticia que se había operado de un quiste en el pecho (benigno), y aprovechó para hacerse una vasectomía, ¿por qué? “Porque soy consciente de que al mundo deben traerse los hijos que se puedan educar y ofrecerles calidad de vida, y porque necesito ser un padre más responsable. Creo que con los cinco hijos que he tenido en mis dos matrimonios, son suficientes”.

De su primer matrimonio, con América, nacieron Alejandro y las gemelas América y Camila; con su actual pareja, Ximena, tiene a Emiliano y Valentina.

“Son cinco criaturas muy hermosas y las adoro. Ellos han colaborado muchísimo a mi buen estado emocional y profesional”.

Con su álbum “Muy dentro de mi corazón”, obtuvo dos discos de platino, y a continuación grabó “Puedes llegar”, que fue tema oficial de las Olimpiadas de Atlanta.

“En 1997 le di un giro a mi carrera con el disco “Me estoy enamorando”, producido por Emilio Estefan Jr., con la colaboración del talentoso Kike Santander. Fue un éxito en casi todo el mundo. Y fue por la fusión que logramos del bolero romántico, la balada, la pincelada mexicana en las notas del mariachi y la participación de la Sinfónica de Londres. Fue una mezcla que no siempre se puede conseguir”.

Presume de haber cantado a dúo con varios mitos, entre ellos, la cubana Gloria Estefan. Tampoco puede olvidar la experiencia que resultó para él cuando en 1999 cantó junto a Plácido Domingo y Patricia Kaas, acompañados por la Orquesta Sinfónica de Viena, en un disco navideño que se vendió en los cinco continentes.

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