Alejandro Grullón y su legado al paisa

Alejandro Grullón y su legado al paisa

Con la partida física de Alejandro Enrique Grullón Espaillat, el país no solo pierde a un forjador de la moderna banca privada en la República Dominicana, sino, además, a una figura clave en la transformación económica, socio-cultural y política de la sociedad dominicana, desde la caída de la tiranía de Rafael Trujillo hasta nuestros días.

Durante los 31 años de la dictadura, fuimos una gran empresa, pero propiedad y al servicio no de las mayorías nacionales, sino del Jefe, familiares y allegados. Su ajusticiamiento constituyó una explosión más allá de la política: todas las ansias de libertad y de derechos humanos acumuladas se expresaron en las calles, en las familias, en los colmados, entre los campesinos y productores agrícolas, estudiantes, profesionales, obreros, en las empresas grandes y pequeñas, y hasta en los confesionarios de las parroquias.

Como parte de ese agitado proceso que movilizaba a toda la sociedad, se organiza la Asociación para el Desarrollo de Santiago, Inc., cuya motivación principal, esbozada, en principio, por Alejandro Grullón y Luis Crouch, consistía, según cuenta Frank Moya Pons en su libro Pioneros de la banca dominicana, en una asociación de individuos y empresas de esa localidad “que se ocuparía de gestionar una mejor comprensión entre los dueños de empresas y sus trabajadores y que se esforzaría por mejorar el nivel de vida y la seguridad de los integrantes de las empresas mediante la capacitación laboral y profesional de sus integrantes a través del otorgamiento de becas y del mejoramiento de la comunicación, promoviendo toda clase de facilidades para el intercambio de las ideas”.

La primera reunión del Comité Organizador se realizó el 6 de julio de 1961, en la casa de Alejandro Grullón, y quedó compuesto por Víctor Espaillat Mera, como presidente; Arturo Grullón, Alejandro Grullón, Tomás A. Pastoriza, Sebastián Mera, J. Armando Bermúdez, Carlos Bermúdez, Guillermo León, Gustavo A. Tavares y Luis Crouch.

Entre los frutos de esa importante institución, figuran la Asociación Cibao de Ahorros y Préstamos, Instituto Superior de Agricultura (hoy Universidad ISA), Universidad Católica Madres y Maestra (hoy Pontificia: PUCMM), Banco Popular Dominicano ( hoy Grupo Financiero Popular), Asociación Pro Educación (APEC), Plan Sierra, Inc., Centro de Investigaciones Pecuaria (CIMPA), zonas francas, Aeropuerto Cibao.

De todos esos frutos, fue a la construcción y desarrollo del Banco Popular al que dedicó mayor pasión. Al pronunciar unas palabras, en los inicios de la construcción de los edificios del Instituto Superior de Agricultura de Santiago, el 16 de agosto de 1963, el profesor Bosch delineó las características de Alejandro Grullón y esa pujante generación de visionarios:

“Esta Asociación para el Desarrollo logró el respeto internacional y el respeto del Gobierno dominicano, y detrás de ese respeto debía venir y ha venido la ayuda que en este momento está llegándole, para que empezaran aquí un instituto Superior de Agricultura, llamado a ser la fuente del progreso, del desarrollo, del bienestar y, por tanto, de la justicia social y de la verdadera democracia de la zona humana campesina del país.”

“No en balde Santiago en este momento puede presentar a la República el ejemplo de una generación empeñada en desarrollar industrialmente el país, y desarrollarlo no solo para el provecho de los industriales, sino para el provecho de los que trabajan en las industrias.(…).
“Santiago no espera dádivas.

No las espera a la hora del peligro armado, ni las espera a la hora de crear obras como ésta, no las espera a la hora de educar”.

El proyecto de la creación del Banco Popular contó con el apoyo del presidente de la República, Juan Bosch. En principio, hubo algunas diferencias con relación a la participación extranjera, que era el Banco Popular de Puerto Rico, y luego en cuanto al porcentaje, pero todo se resolvió.

Bosch contribuyó a facilitar la sede principal de la institución, en la calle Isabel La Católica Esq. Emiliano Tejera, la Zona Colonial de Santo Domingo, para entonces el centro financiero del país.

El 7 de agosto (1963), Grullón dirigió a la Junta Monetaria del Banco Central, cuyo gobernador era Diógenes Fernández, la solicitud de autorización para la apertura del nuevo banco.

El 2 de enero de 1964, se inauguraba el Banco Popular Dominicano.
Bosch tenía confianza en Alejandro Grullón y en ese extraordinario grupo emergente de empresarios jóvenes que empezaba a proyectarse.

Probablemente fue el fundamento social y económico que hizo falta que se desarrollara para conectar con la Constitución progresista de 1963, que además de texto substantivo de legislación era un programa de transformación de la sociedad dominicana.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas