Alejandro no es lo mismo

Alejandro no es lo mismo

Cada vez estoy más convencido de que Alejandro Sanz posee una inteligencia que excede a lo común. Con unos 30 años de edad (más o menos) muestra 60 de vivencias cuando dice las cosas.

Se la ingenia para crear canciones con sentido profundo usando un lenguaje no rebuscado. Sus versos y melodías, ambos recogidos de la cotidianidad, se abrazan y luego son empacados en una influencia musical tomada de diferentes culturas. Una bonita voz sobra, porque ese paquete convierte su ronquera en un timbre que emana ternura.

Sus discos son todos diferentes. Su común denominador es su canto gitano, ese que al principio pretendía ocultar, y que con el tiempo está más acentuado, como si ahora sintiera orgullo de cantar así.

“No es lo mismo”, su álbum más reciente, es el más conceptual. En la academia de los Grammys, donde se ha institucionalizado el cabildeo, también exigen calidad. Por eso esta producción ganó el mejor álbum latino de música pop. Es un trabajo donde Alejandro toma elementos de la cultura hip hop. Este nuevo matiz muestra lo que el español ha aprendido desde que se mudó con los gringos.

Tambien buscó en Cuba. Con temas como “Corazón partío” y “Quisiera ser” ya le había coqueteado a esta música; pero ahora su telescopio creativo buscó más allá de “south beach”: Se fue mar adentro y violó la seguridad de aquel estado para sentarse en un bar de la Habana, beberse un “mojito” y tomar los bongos y congas. Estos instrumentos se escuchan en una canción donde este cantautor rinde homenaje a la capital de Cuba y su encanto bohemio. La titula “Labana” (la escribe como hablan los gitanos).

Con esas influencias, su “cante jondo” (como diría Lorca), y una guitarra más flamenca, se pone de manifiesto un nuevo color musical, en un material discográfico merecedor de todos los premios del mundo.

Es por eso que, en tan solo 13 años de carrera, muchos lo ubican al lado de Serrat o de Julio Iglesias, dos íconos muy diferentes; pero hasta poniéndose el sombrero de ambos, Alejandro muestra versatilidad.

Por eso tiene entre sus fans algo más que “loquitas delirantes”. Por eso, los feos como yo, no sentimos envidia cuando nuestras chicas suspiran por él. Porque este artista es más que un “torero” que un “vive la vida loca” o un “Corazón latino”; y aunque también vive pegado en la pared del cuarto de una niña de 15, su paso por la vida, por la música y las letras han servido de mucho:

No es lo mismo Arte que hartar/ no es lo mismo ser justo que/ que justo te va! (versa) / No es lo mismo tú que otra, entérate/ no es lo mismo/ que sepas que hay gente que trata de confundirnos,/pero tenemos corazón que no es igual,/ lo sentimos… es distinto.

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