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BERLIN (AFP).- El canciller socialdemócrata alemán, Gerhard Schroeder, y su rival conservadora, la demócrata-cristiana Angela Merkel, que espera convertirse en la primera mujer en ocupar la cancillería germana, terminaban este sábado sus campañas antes de enfrentar las urnas el domingo.
Según los sondeos, Gerhard Schroeder se ve amenazado de retornar a la oposición tras siete años a la cabeza de la coalición gubernamental entre los socialdemócratas y los verdes (SPD-Verdes), pero un resultado ajustado podría impedir que su rival de las Uniones Cristianas (CDU/CSU), Angela Merkel, obtenga una mayoría suficiente para aliarse como desea con los liberales del FDP y formar gobierno.
Una «gran coalición» CDU/CSU y SPD permitiría en ese caso salir de esa situación, incluso si Merkel señala que sería sinónimo de «inmovilidad».
«¡Hagan que pueda convertirme en canciller!», dijo Merkel el sábado ante 5.000 personas en Bonn, llamando a los electores a votar de forma «responsable».
«No prometemos nada falso para que Alemania vaya de nuevo hacia adelante», dijo Merkel, de 51 años, mientras la multitud gritaba «Angie, Angie».
Se había reunido antes en un café de Bonn con su potencial aliado, Guido Westerwelle, presidente del partido liberal FDP, en un encuentro a puerta cerrada.
«Piensen en traer el domingo al abuelo y a la abuela, pero solo para que voten al SPD», dijo por su parte Schroeder ante 10.000 personas en Recklinghausen, tradicional bastión socialdemócrata de la zona industrial del Ruhr.
Schroeder llamó a legislativas anticipadas para legitimar su política de reformas del Estado de bienestar que, a pesar de ser impopulares, comienzan, según el canciller, a dar sus frutos.
La campaña, la más breve tras la Segunda Guerra Mundial, estuvo dominada por los ataques de los conservadores en relación al desempleo, que afecta a 4,7 millones de alemanes y que Schroeder, a pesar de sus promesas, no logró reducir significativamente.
Por su parte, el canciller atacó «la injusticia social» de los proyectos de Merkel y de su experto designado para Finanzas, Paul Kirchhof: «No se puede admitir que un patrón pague la misma tasa de impuestos que la señora que hace la limpieza de su oficina», dijo el viernes por la noche el Berlín en alusión a los proyectos fiscales de Kirchhof.
Para movilizar al máximo a los indecisos, los partidos rompieron una regla tácita y continuaron haceiendo campaña, en lugar de dejar una tregua el fin de semana.
Casi 10 millones de alemanes –más del 15% de los electores– no saben todavía si van a votar o por quién, una cifra récord, afirmó este sábado el responsable del instituto de sondeos Infratest-dimap, Richard Hilmer, en el diario Die Welt.
Un sondeo del instituto Allensbach publicado el sábado en el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung da el 41,5% de las intenciones de voto a los conservadores y un 8% a su aliado potencial, el FDP, lo que les daría una corta mayoría absoluta en la cámara de diputados.
En cuanto al SPD, obtendría el 32,5% de los votos, con un 7% para su actual socio en el gobierno, los verdes, según este estudio realizado del 10 al 15 de setiembre.
Unos 61,9 millones de electores están habilitados para votar.
