POR OSCAR LASKI 
BERLIN (AFP).- La selección alemana volvió a mostrarse invencible en la tanda de penales y pasó a la semifinales del Mundial-2006 al derrotar en Berlín ayer por esa vía 4-2 a Argentina, tras igualar 1-1 en el tiempo regular y el suplementario. El portero alemán Jens Lehmann fue el héroe del encuentro en el estadio de Berlín, al detener los penales ejecutados por el defensa Roberto Ayala y el volante Esteban Cambiasso.

En cambio, la selección de Jungen Klinsmann anotó las cuatro penas máximas que ejecutó, siguiendo con la tradición germana que nunca cayó en esa clase de definiciones.

Cuando Lehammn detuvo el penal que daba el pase a semifinales a su equipo, lanzado por el Cuchu Cambiasso, no saltó ni celebró. Se mantuvo impertérrito como si nada hubiera pasado.

«Como guardameta de Alemania, se me pide que detenga penales. Los cuatro jugadores alemanes anotaron también. Todo esto es fantástico. Pasaron los cuartos de final y llega el próximo desafío. La gente puede festejar, pero yo pienso ya en preparar el partido del martes (día de la semifinal)», explicó.

Alemania jugará en semifinales el martes en Dortmund con el ganador del partido entre Italia y Ucrania.

Tras esta derrota, el entrenador José Pekerman dio por finalizado su ciclo al frente de la selección argentina y anunció su marcha.

«Es un ciclo que está finalizado y seguramente no voy a continuar», dijo Pekerman. El orientador dijo estar convencido que «todo lo que tuve a mi alcance lo hice, y siempre hay que buscar otras cosas».

Ayala había abierto la cuenta en el tiempo regular para Argentina a los 49 minutos, mientras que el goleador del torneo Miroslav Klose igualó para los anfitriones a los 80, ambos por sendos cabezazos. Los sudamericanos quisieron dar el empujón final en un período suplementario jugado a pura emoción pero falló en la última puntada, mientras que Alemania pareció sentir más el cansancio y sólo apostó a algún contragolpe aislado.

Los alemanes apostaron a los penales, su especialidad, y ahora jugarán la semifinal en busca de un segundo título en casa, tras lograr el Mundial-74.

Poco había pasado en el primer tiempo, pero en el inicio del complementario Ayala (Valencia, España) puso en ventaja a los sudamericanos al conectar de cabeza un córner desde la derecha de Juan Román Riquelme en el minuto 49.

Entonces sí se armó un partido entre favoritos, porque los anfitriones tocados en su orgullo se lanzaron como leones heridos al ataque y Argentina respondía con algunos contragolpes filosos.

En el minuto 70 ‘el Pato’ Abbondanzieri se lesionó con un traumatismo en la parte baja de su espalada y fue reemplazado por Leonardo Franco, quien no pudo neutralizar penal alguno en la definición.

Argentina se replegó peligrosamente cuando el orientador José Pekerman se decidió a cuidar el resultado y reemplazó al conductor Juan Román Riquelme por el volante de marca Esteban Cambiasso.

Hasta que en el minuto 80, conectó de cabeza el goleador alemán Miroslav Klose, quien se consolida como artillero del Mundial-2006 con cinco tantos.

Después llegarían los penales. Marcaron Julio Cruz y Maxi Rodríguez y fallaron Ayala y Cambiasso, mientras que por los alemanes anotaron todos.

Jurgen Klinsmann, el técnico alemán, era todo felicidad. «Estoy muy contento, y también tremendamente orgulloso de este equipo. Siempre creímos en nosotros mismos, y estábamos absolutamente seguros de que íbamos a empatar cuando perdíamos 1-0», aseguró ‘Klinsi’, de 42 años.

Aficionados
Argentinos lloran

Madrid (EFE).- Cerca de cien aficionados argentinos lloraron hoy en un cine de Madrid al ver como el portero alemán Jens Lehman acababa con las aspiraciones de la albiceleste de pasar a las semifinales del Mundial, tras parar dos de los lanzamientos de la tanda de penaltis.

Los aficionaron comenzaron tímidos, se fueron animando con la posesión del balón, gritaron con el gol de Fabian Ayala, y callaron con el gol de Miroslav Klose. Después, animaron durante la prórroga y vitorearon durante los «penales» para terminar entre lágrimas cuando el «Chuchi» Cambiasso falló el lanzamiento que les mandaba a casa.

Eran unos cien aficionados los argentinos que se congregaron en un cine de la capital de España. Todos comenzaron el partido de forma tímida. Solo el control del balón de Argentina les fue animando, aunque poco a poco. Así, los tímidos aplausos del principio les fueron acompañando ánimos a sus compatriotas, y críticas al árbitro y los contrarios, pero esto de forma aislada.

El descanso llegó en medio de un mar de dudas. La pelota era de propiedad argentina, pero no se transformaba en ocasiones de gol.

El tanto de Fabian Ayala al poco del comienzo de la segunda parte fue el revulsivo de la hinchada. Así, los que en un principio se mostraban tímidos respondieron al testarazo del actual defensa del Valencia, con saltos, vítores y abrazos.