RïO DE JANEIRO. Los partidos Alemania-Francia y Brasil-Colombia prometen ser choques de alto vuelo y una dura competencia entre implacables goleadores, en el arranque este viernes de los cuartos de final del Mundial-2014.
Un duelo aparte sostendrán el colombiano James Rodríguez, artillero hasta ahora del Mundial con cinco tantos, y el astro brasileño Neymar (4) en el Estadio Castelao de Fortaleza, igual que el francés Karim Benzema (3) y el alemán Thomas Müller (4) en el Maracaná de Rio de Janeiro.
La Seleçao, sometida a una intensa presión, espera encontrar en esa ciudad del noreste de Brasil la ‘fortaleza’ necesaria para evitar desbordes emocionales que han requerido la participación de una psicóloga para atender al plantel.
Cuando el partido contra Chile fue a los penales, el capitán Thiago Silva se apartó en el campo y se sentó en un balón para rezar, y otros jugadores, como Neymar y el portero Julio César, tuvieron que ser consolados en el campo por el entrenador Luiz Felipe Scolari.
Afrontan presiones por ganar la sexta corona, la primera en casa, y por cerrar las heridas por la afrenta del Maracanazo que le asestó Uruguay en 1950.
James, sin presiones
Pero quien parece estar libre de responsabilidades es James Rodríguez, que a sus 22 años se ha destacado como el artillero y mejor jugador de la primera fase, sustentado en un equipo sólido de la A a la Z, que busca protagonismo sin apostar solo al error del rival.
En cambio el seleccionado brasileño depende casi exclusivamente de la inspiración del joven maravilla del FC Barcelona, basado en una defensa sólida, pero sin fluidez de juego en la creación. Felipao sostiene que no será «una guerra» el partido ante Colombia porque los duelos entre ambas selecciones son generalmente «alegres, disputados».
Las guerras de Brasil «son contra Chile, Uruguay, Argentina», sostuvo. Colombia llega a cuartos con una marcha perfecta de cuatro partidos ganados, incluida una clara victoria en octavos ante Uruguay (2-0). Brasil fue líder del Grupo A pero con siete puntos y se salvó raspando en la siguiente instancia ante Chile, sacando boleto a cuartos recién en la tanda de penales.
Pero Brasil es Brasil y encima juega en casa. El orientador de Colombia, el argentino José Pekerman, sostuvo que para su selección «es clave no sentir que hay un favorito» y consideró que «cada partido es un desafío nuevo». Las realidades han cambiado, porque años atrás nadie discutiría a Brasil como claro aspirante a quedarse con el encuentro.
El clásico europeo
Francia y Alemania reeditarán uno de los grandes clásicos europeos que promete fútbol ofensivo y con dos grandes protagonistas, Müller y Benzema, peligrosos romperedes que suelen soltar marras en las difíciles. El vencedor de este choque se enfrentará en semifinales en Belo Horizonte con el ganador del choque entre Brasil y Colombia.
Alemania llega al duelo con interrogantes porque hasta ahora ha exhibido un juego inconstante y penó demasiado para derrotar a Argelia en octavos.
«Todavía no hicimos nuestro mejor partido», admitió el seleccionador alemán Joachim Löw en la víspera del encuentro En cambio, los Blues fueron uno de los equipos más sólidos de la primera fase y en la siguiente no tuvieron dificultades para deshacerse con autoridad de Nigeria con un exiguo 2-0.
El seleccionador francés Didier Deschamps dijo haber dejado de lado para motivar a sus jugadores las derrotas sufridas por Francia contra Alemania en las semifinales de los Mundiales de España-1982 y México-1986. «No tengo nada que decirles a mis jugadores en ese sentido.
Tienen la excitación necesaria para afrontar este partido. La historia es la que hay. El viernes habrá una nueva página para escribir, esperemos que sea lo más bonita posible para nosotros», dijo. En la siguiente jornada de cuartos, a jugarse el sábado, Argentina enfrentará a Bélgica y Holanda a la sorprendente Costa Rica.
Escándalo por reventa
En el segundo y último día de descanso antes de los cuartos de final, estalló un escándalo por la reventa de entradas y, según la policía brasileña, un miembro de la FIFA es sospechoso de la maniobra.
El integrante de la FIFA, alojado en el lujoso hotel Copacabana Palace de Rio, entregaba entradas de cortesía en las tribunas VIP destinadas originalmente a ONGs, patrocinadores y familiares de jugadores a la subsidiaria Match Hospitality. Match las entregaba a su vez a un francoargelino con altos contactos en el mundo del fútbol, Mohamadou Lamine Fofana, que las revendía por unos 1.000 euros cada una, a veces a través de agencias de turismo.
El sistema ilegal habría funcionado durante los últimos cuatro mundiales, según la policía. Once personas fueron detenidas el martes en el marco de la operación policial que desmanteló la banda, incluido Lamine Fofana.