BRUSELAS, Francia (AFP) – Alemania rechazó tajantemente este jueves crear eurobonos para reactivar el crecimiento, una medida impulsada por Francia y que gana adeptos en Europa, en la búsqueda de soluciones a una crisis que tiene a Grecia y a España contra la pared.

«No tiene sentido basarlo todo en las eurobonos o en los instrumentos en apariencia solidarios que sólo agravarían la crisis», consideró la canciller alemana, Angela Merkel, un día después de una cumbre de dirigentes de la Unión Europea (UE) en la que el presidente francés, Francois Hollande, presentó a este instrumento como una de sus principales bazas para salir de la crisis.

«La crisis no se resolverá con un remedio milagroso sino como resultado de un trabajo duro» a base de rigor presupuestario y reformas estructurales, señaló Merkel en Berlín.

Alemania cree que los eurobonos, una emisión conjunta de deuda de los países de la Eurozona, recompensaría a los países más díscolos y castigarían a los buenos alumnos, que actualmente se financian en mínimos en los mercados.

«Recompensarían a los países que no llevan a cabo ninguna política presupuestaria y castigarían a quienes intentar tener una política presupuestaria sana», dijo en París el ministro alemán de Economía, Philipp Rosler

Sin embargo, el nuevo presidente francés, que se estrenó el miércoles en la cumbre de la UE, instó a sus socios a que la «perspectiva» de los eurobonos quede «grabada» en el menú de la próxima cumbre de dirigentes del 28 y el 29 de junio.

Una fuente europea señaló que Francia y Alemania establecieron el miércoles «el eje de su relación: si tú me das algo, yo te daré lo otro». Así es que si Hollande coopera con los esfuerzos de Merkel para lograr una ratificación rápida en la Unión Europea (UE) del pacto de disciplina fiscal, la mandataria alemana acabará cediendo.

El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, aseguró que la propuesta se volverá a debatir en junio. «Los eurobonos forman parte de un plan a largo plazo que se iniciará en la próxima cumbre para fortalecer la unión monetaria».

La medida «ganó muchos adeptos» en la UE, según una fuente que no quiso identificarse.

Aunque Merkel, apoyada por Holanda, Finlandia, Austria y Suecia, contó que también «muchos socios de la UE» expresaron sus reservas.

El hastío es cada vez mayor entre los europeos ante la convocatoria de cumbres que culminan con pocos avances y muchas divisiones, en un contexto cada vez más sombrío ante una posible salida de un miembro de la zona euro y las dudas sobre la banca española.

«Necesitamos planes contundentes», urgió el mandatario británico, David Cameron.

Los países de la zona euro reafirmaron que «quieren» que Grecia siga siendo miembro del bloque, pero estudian al mismo tiempo «un plan de contingencia» ante una posible salida de este país de la unión monetaria.

El propio presidente francés admitió que «se reflexiona» y los países del Eurogrupo trabaja sobre esa posibilidad.

Los griegos están convocados por segunda vez a las urnas el 17 de junio, después que las primeras elecciones celebradas en mayo no permitieron a ninguna formación obtener una mayoría para gobernar.

En la cumbre, algunos países sugirieron una supervisión bancaria más integrada, en momentos en que las dudas sobre la banca española estremecen a los mercados.

De todas maneras una fuente europea garantizó que «los problemas en España son solucionables».

«España no es lo mismo que Grecia, Grecia tiene un problema existencial», añadió.

Rajoy reiteró que España no tiene intención de acudir a fondos europeos para el saneamiento del sistema bancario.

En cambio, el mandatario conservador pidió una mayor intervención del Banco Central Europeo (BCE) para garantizar «la sostenibilidad de la deuda pública», pero aclaró que es consciente de que la entidad presidida por el italiano Mario Draghi, es independiente.

«Si las deudas públicas no se pueden sostener tenemos un problema. Pero eso es una decisión, insisto, que corresponde al Banco Central Europeo», señaló.

Pero el BCE de momento interrumpió hace diez semanas su programa de compra de deuda de los países con problemas.