Alemania quiere imponer una férrea disciplina presupuestaria

Alemania quiere imponer una férrea disciplina presupuestaria

BERLIN. AFP. Alemania, tras haber aceptado pagar por los países de la zona euro, quiere como contrapartida imponer una férrea disciplina presupuestaria en Europa, a través de controvertidas propuestas que van desde sanciones hasta la expulsión de la unión monetaria.

 El debate deber ser lanzado hoy  por la tarde en Bruselas en ocasión de una reunión de ministros europeos de Finanzas encabezada por el presidente de la Unión Europea (UE), Herman Van Rompuy.

 Los países europeos ya se comprometieron a reforzar el Pacto de Estabilidad, que tiene como objetivo limitar los déficits públicos pero que estalló en pedazos con la crisis.  El problema es que los socios europeos están divididos en cuanto a los medios para alcanzar el fin.

 Alemania propondrá el viernes el bloqueo de ciertas subvenciones europeas para los países que no controlen sus déficits, una opción que ya se había planteado la Comisión Europea.

 «Aquellos que violen de manera sistemática las reglas deberían ser castigados en forma automática por una reducción, o una supresión total, de los pagos europeos», estima un alto responsable gubernamental alemán, que no quiso revelar su identidad.

 Alemania quiere ir más lejos que la Comisión y pedir la suspensión durante al menos un año del derecho de voto del país en cuestión en las decisiones tomadas a nivel de la UE.

 Berlín propone a sus socios que sigan su ejemplo y fijen un tope con cifra y una fecha límite para los déficits en sus constituciones nacionales.

 Sin ir más lejos, Francia dio un paso en esa dirección el jueves al anunciar su voluntad de anclar la cuestión del déficit a su constitución a partir de una objetivo de «equilibrio de las finanzas públicas».

 Alemania quiere además un procedimiento de quiebra para los Estados demasiado endeudados. Si no habla explícitamente de expulsión de la zona euro, los países concernidos no tendrían de facto más alternativa que salir de la Eurozona.

 El principal problema es que muchos países, entre ellos Francia y la Comisión Europea, tienen muchas reticencias frente a esta opción «nuclear», que necesitaría un cambio de las reglas que rigen la UE.

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Petición de Francia

 Más allá de esto, Francia se niega a que la atención se centre solamente en los déficits e insiste en que también se examinen los problemas de «competitividad», una manera de criticar el modelo económico alemán, basado en las exportaciones a sus socios europeos al precio del rigor salarial.  París querría que Berlín contribuya al crecimiento de los otros dando impulso a su demanda interna, una ofensiva que se ve desde Alemania como una cortina de humo para desviar la atención de los verdaderos problemas.  El ministro alemán del Interior, Thomas de Maizière, cercano a la canciller Angela Merkel, reconoció el miércoles que la gestión de la crisis del euro somete al motor franco-alemán a una dura prueba.

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