Belo Horizonte Brasil. EFE. Alemania, que nunca ha podido con Brasil en partido oficial, es la penúltima prueba para Brasil, golpeado en el ánimo por la lesión de Neymar, en la antesala de una final que ansían sobremanera ambos equipos.
El primer capítulo del reto entre América y Europa en el tramo último de Brasil 2014 se pone en juego en el estadio Mineirao de Belo Horizonte, acelerada y entusiasmada por la esperada llegada del combinado local en el penúltimo paso en la pelea por la Copa.
Brasil encara las semifinales en pleno estado de conmoción por la pérdida de Neymar por una lesión inoportuna y el país todavía se pregunta si el equipo estará a la altura para sustituir a su mayor figura.
Tanto el seleccionador brasileño, Luiz Felipe Scolari, como los jugadores han hecho una piña y se han conjurado para usar la lesión de Neymar como un nuevo incentivo, una inyección de moral que sirva para catapultar al equipo a la final del Maracaná.
En lo que va de Mundial, Brasil se ha movido más por impulsiones, instintos y emociones que por un fútbol pensado y racional.
La lesión de Neymar no ha hecho más que ahondar en ese proceso y Scolari ha insistido en hurgar en el componente anímico, para dar una sacudida a sus jugadores y lograr que recobren la intensidad y el hambre de victoria de las que hicieron gala el año pasado en la Copa Confederaciones. En el apartado táctico, Scolari ha hecho diversas pruebas y ha barajado mantener el mismo esquema de juego de los últimos partidos, lo que supondría reemplazar a Neymar por alguno de sus sustitutos naturales, o cambiar a un dibujo más defensivo, con tres volantes de contención.
En el lugar del delantero del Barcelona lo más probable es que juegue Willian, medio del Chelsea, que ha entrado en varios partidos como opción ofensiva, aunque Scolari todavía no ha dejado claras sus preferencias en los entrenamientos realizados en Teresópolis.
La otra opción que probó Felipão en su último entrenamiento es alinear a tres medio centros, Luiz Gustavo, Fernandinho y Paulinho, con el objetivo de frenar a Kroos y Müller en la zona ancha. Luiz Gustavo, un jugador clave en el robo de balones y que permite dar libertad al resto de centrocampistas, regresa después de cumplir un partido de sanción. El equipo anfitrión tampoco podrá contar con Thiago Silva, su capitán y un pilar en su sistema defensivo.