Alerta

<p>Alerta</p>

En las últimas horas se ha informado sobre el arresto de varios militares y policías sorprendidos comercializando drogas y extorsionando personas.

Es probable que esta gente se dedicara a desmantelar puntos de droga para quedarse con el dinero y vender por su cuenta la mercancía.

Pero también es posible que se trate de efectos de la penetración del narcotráfico en organismos de la seguridad del país.

Sea cual fuere el vínculo de estos militares y policías con el mercado de las drogas, se hace necesario maximizar el alerta.

El narcotráfico no escatima recursos cuando se trata de penetrar instancias que, por su naturaleza, le resultan hostiles.

Desde que los servicios de distribución y microtráfico de drogas son pagados  con narcóticos en vez de dinero, se ha producido un aumento del microtráfico de sustancias controladas.

El presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas, mayor general Rafael Radhamés Ramírez Ferreira, ha dicho con sobrada razón que mucha gente no tiene idea de  las dimensiones del problema de las drogas en el país.

-II-

El negocio de las drogas está por todas partes y ha logrado penetrar en muchos organismos verdaderamente sensibles.

Esto obliga a revisar los esquemas de controles internos de los organismos públicos, e inclusive los privados.

El tráfico de drogas mueve cantidades de dinero que le permiten socavar principios y aprovechar debilidades para sumar gente a sus malvados propósitos.

Los casos que hemos citado al principio de esta nota editorial pueden ser hechos aislados, pero cada vez es mayor el número de éstos descubiertos por las autoridades.

Si algo nos alivia es el hecho de que los mandos de las instituciones y organismos afectados por estas deserciones a los principios, es que no se oculta la realidad y que se actúa sin miramientos.

Los mandos de la Policía Nacional, la DNCD y los institutos castrenses mantienen una profilaxis permanente, precisamente para tratar de impedir deserciones a las reglas y principios, infiltraciones.

Aún así, es necesario que afinemos aún más los controles, los  medios para prevenir torceduras de conducta en perjuicio de nuestros medios de seguridad. Hay que mejorar nuestros instrumentos de alerta.

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