CELEBRANDO 89 AÑOS DE EDAD Y 70 EN EL ARTE
Todos deben ir a la Galería Mamey en estos días a entrar en ese sueño de colores y formas, modernidad y clasicidad juntas en Infinitum, la exposición de una mujer que está a punto cumplir sus 90 años, la cual, sin embargo, luce juvenil en su físico, su rostro sonriente, su pincel y su lienzo. Es un verdadero deleite, un viaje hacia nosotros mismos, a lo más sublime de nuestro espíritu. Yo, por mi parte, lo he vivido repetidamente para disfrute de mi alma y sentidos.
Ada Balcácer, bautizada con el nombre de Ada Margarita Balcácer Rodríguez, nació el 16 de junio de 1930, en la ciudad de Santo Domingo, y fue regresada casi enseguida a San Juan de la Maguana, ciudad originaria de sus padres, y allí creció y obtuvo sus primeros conocimientos escolares y pictóricos.
Con Infinitum, celebra los 89 años de su edad y 70 de incansable e indetenible labor artística. Sin pausa pero sin prisa, conformando esa montaña de creatividad que constituye su sólida obra. Forma junto a la celestial Celeste Wos y Gil –su admirada profesora- el dúo de nuestras artistas plásticas mayores.
En anteriores muestras, destaca su recuperación del tradicional sincretismo indígena-africano-español: el bacá, taticas, Siña Juanica, e íconos del carnaval. También su admirada como catedrática e ilustradora de libros. Por ejemplo, los dibujos alusivos a las luchas libertarias y mitos negros, en las páginas de Las Metamorfosis de Makandal, del bardo Manuel Rueda, y otros libros de importantes autores.
ADA: ARTISTA E INTELECTUAL
Hay pintores que solo saben pintar, porque si hablan lo dañan todo, por falta de lecturas, formación y vuelo intelectual. Ada es otra cosa. Es una investigadora, inquieta navegadora en las web de internet, redes cibersociales, etc. El resultado de esto es que puede hablar de filosofía, política, temas sociales, económicos, ambientales.
También puede verse en sus cuadros, y escuchar de su nítida y lúcida mente los conceptos en que se basan sus creaciones. Porque tampoco es ella de esos pintores, músicos, escritores, escultores, bailarines, que cuando les preguntan por qué pusieron este color aquí, por qué esas formas de pálido gris o fuerte rojo, se quedan tartamudeando y nerviosos sin saber el cuándo, cómo, dónde, ni por qué hacen su arte con un determinado enfoque.
Ada Balcácer sabe explicar con palabras lo que ha hecho con el pincel. Me recuerda a un maestro del diseño gráfico que dio una vez un curso en la Escuela de Altos de Chavón -donde por cierto Ada ha sido profesora- quien dijo: “Hasta que no logro hacer un diseño que yo pueda explicar con palabras, no ceso de buscar y explorar, porque todo gran arte debe ser susceptible de explicarse verbalmente, debe ser verbalizable”.
LAZY SUSAN: CUADROS CON MOVIMIENTOS Y POSICIONES
Ocho elementos característicos observamos en esta exposición. El primero requiere mención especial:
1. Una de las innovaciones de esta muestra es que hay obras que tienen al dorso un lazy susan (rueda llamada flor de loto girable, invento chino para mover los platos en las mesas de restaurantes). La artista le ha dado aquí un nuevo uso a esa rueda, al colocarla al dorso de los cuadros, y así da libertad al espectador para moverlo como si fuese un mandala. Permite múltiples maneras de movimientos y observaciones: a) Rápido, crea una mágica tormenta o lluvia de colores. b) Lento, forma un baile de figuras que van en rítmica carrera, a la velocidad preferida por el espectador que mueve la obra. c) Diferentes formas de modificar y fijar la colocación de la obra sobre su base giratoria.
OTROS ELEMENTOS DE FORMA Y FONDO
2 Aparte de lo comentado en el entretítulo anterior, cada cuadro contiene varios cuadros en su interior, en muestras interdependientes de temas y enfoques gráfico-metafóricos. Combina el exquisito dibujo blanco y negro con los círculos y cuadrados ilustrados con imágenes a color.
3 Lo matérico expresado en altos relieves realizados con fibras sobre el papel que le dan un toque moderno, reminiscencia del pop art norteamericano.
4 Lo figurativo y abstracto en armonioso juego, ensamblado como conjunto sin dejar de expresar la independencia de cada bloque colórico. Se mezclan con los collages que dan uso a materiales combinados tanto en la textura gráfica, como en las técnicas usadas: unas veces acrílica, otras grafito y óleo.
5 Las formas redondas, cuyo símbolo remite al título de la exposición, ya que las esferas y circunferencias nos refieren siempre a lo infinito, a lo sin límites. Y esas formas ovaladas o redondas del interior de cada cuadro armonizan con las conformación exterior, el formato, el cual en vez de ser cuadrado es de rombo o romboidal.
6 El período verde (antecedido por el amarillo y el azul) que primó en los cuadros realizados en tiempos recientes en la obra de la maestra, ahora cede paulatinamente espacio al rojo y gris.
7 Experimentos visuales que evidencian el espíritu juvenil de la autora, al mostrarnos un gran desapego de su propia obra anterior, sin negarla, complementándola y actualizándola.
8 Como siempre ocurre en ella, y he señalado antes, cada cuadro es un nuevo desafío, de modo que no es el simple tomar un tema y unos íconos y repetirlos con ligeras variaciones, sino que cada vez se enfrenta al lienzo o el papel con una nueva mirada, nueva búsqueda, nuevos encuentros.
En la próxima entrega, abordaré otros aspectos de Infinitum, de esta gran maestra de las artes plásticas con prestigio internacional, orgullo de nuestra nación.