Dando continuidad a mis notas críticas sobre el escritor René Rodríguez Soriano, abordo ahora su libro, “Raíces, con dos comienzos y un final”, su ópera prima publicada en 1981, y dedicada a su esposa “Carmen Elizabeth raíz de mis comienzos”.
En la próxima entrega, daré a conocer la primera parte del prólogo que escribí a ese libro. Antes, quiero referir algunos detalles relacionados con el ambiente literario y humano, referencias generacionales anteriores, etc., del momento cuando fue publicado.
Como se sabe, en esos finales de los años ’70 y principios de los ’80 coincidían en presencia viva en el tiempo -como siempre ocurre en toda historia literaria- varios de los autores de promociones anteriores y posteriores.
No hablaré por ahora de la generación que sucede a la de René Rodríguez Soriano: de los años ’80, el Taller Literario César Vallejo de la UASD, etc. Porque es harina de otro costal, que trataré en posteriores artículos especializados en estudiar comparativamente el proceso histórico de las más recientes décadas del devenir de nuestras letras, e incidencias de las de otros países.
SURGEN: COLECTIVO …Y PUNTO, REVISTA NOSDALAGANARIO, LOGO TIRAPIEDRAS Y LEMA: YERBA MALA NUNCA MUERE
La primera edición de este libro fue dada a la luz como parte de una colección de poesía en miniatura, émulo de la llamada “Poesía Mínima” mexicana. Ejemplarillos que los franceses llaman plaquette, los ingleses brochure y nosotros humildemente folletos. El poeta y editor (fallecido) Rafael Abreu Mejía los calificó, de forma elegante, como separatas.
Todos con igual diseño de portada: fondo más verde que blanco, gruesas líneas angulares negras, foto del autor y título. Formato: un cuarto de carta. Por los defectos que tuvo, creo que fueron lo que podríamos llamar ediciones amateurs, de aficionados. Por ejemplo, como resultado de la inexperiencia propia de los inicios, el de René y otros libros de la “colección” carecen del nombre de la editora, copyright, fecha y lugar de edición, isbn y otros elementos propios de las publicaciones formales, requeridos por las bibliotecas públicas para poder darle acceso a un libro.
Conservo un ejemplar original de cada una de las dos primeras ediciones. Adjunto las fotografías de ambas acompañando este artículo.
La obra salió en momentos en que empezábamos a reunirnos durante las tardes-noches de su oficina de publicidad los que luego seríamos parte del Colectivo de Escritores …Y Punto.
Estuvo conformado por: Pedro Pablo Fernández (creador de la idea de formar el grupo), René Rodríguez Soriano (inventor del logo: un tirapiedras) Aquiles Julián, Raúl Bartolomé, Tomás Castro Burdiez, Miguel D. Mena, Amable López Meléndez, Wilfredo Rijo, José Galván (fallecido). También Denis Mota Álvarez, (poeta, narrador y propietario del sello editorial Gente, bajo el cual se publicó el libro), Generoso Ledesma (fallecido, autor del nombre “…Y Punto” y del comentario de la contraportada de “Raíces,…”), Juan Freddy Armando. Como otras publicaciones, fue discutida entre todos.
GENERACIÓN LITERARIA DE LOS ‘70
Estos jóvenes literatos formaron parte importante de la generación de los ’70. Iconoclastas, como frecuentemente ocurre a los nuevos creadores, buscaron, como diría Cortázar, “cortar la cabeza de nuestros padres”, de la generación literaria 61 (Miguel Alfonseca, René del Risco, Grey Coiscou, Iván García), la de post-guerra del 65 (Mateo Morrison, Soledad Álvarez, Andrés L. Mateo, Luis Manuel Ledesma, Alexis Gómez, Tony Raful). También contra la cabeza de quienes provenían de los tiempos de la dictadura de Trujillo (Manuel Rueda, Lupo Hernández Rueda, Aída Cartagena Portalatín, Carmen Natalia, Franklin Mieses Burgos, Pedro Mir, Víctor Villegas, Abelardo Vicioso).
El colectivo publicó una revista que, como parte del rompimiento de tradiciones, Aquiles Julián aportó el nombre: “Nosdalaganario”. Al inicio de la misma, yo sugerí hacernos una foto en que aparentáramos estar desnudos, en un bosque, el cual sería el antiparaíso o “Paraíso Perdido”, de Milton. Acudimos a los servicios daguerrotípicos de Tony Garpeco (fallecido): pintor, fotógrafo artístico y publicitario que frecuentaba los encuentros del grupo, siempre, con su habano a mano.
El poeta-publicista Raulín Bartolomé y el diseñador-pintor Daniel Díaz idearon y montaron, respectivamente, el diseño, y el poeta-narrador-publicista René Rodríguez Soriano aportó el título-lema: “Yerba mala nunca muere”.
La colección Orfeo, de la Biblioteca Nacional, dirigida por el poeta Cándido Gerón, publicó el librito “Nosotros mismos somos”, con poesía de …Y Punto.
El domingo continuamos.