ALERTA. Bosch logra que Vanguardia sea escuela de periodismo

ALERTA. Bosch logra que Vanguardia sea escuela de periodismo

Juan Freddy Armando

APROXIMACIÓN AL DECÁLOGO DEL PERIÓDICO

El tercer encuentro con el líder fue en Vanguardia del Pueblo, órgano escrito del PLD. Evolucioné allí desde reportero de calle, redactor planta, encargado de página, hasta ser el director.

Los primeros números del periódico los hacía casi totalmente Juan Bosch. Después, colaboró Joaquín Basanta, inteligentísimo y culto esposo de doña Milagros Ortiz Bosch, padre del cineasta Juan Basanta; luego, Rafael Kasse Acta, Franklin Almeyda, Euclides Gutiérrez, Amiro Cordero Saleta.

Se entrevistó a quienes gustaran escribir para integrarlos. Así llegué al periódico.

Recibí, junto a otros compañeros, un curso de redacción política y del estilo de Vanguardia, impartido por Juan Bosch y Félix Servio Ducoudray. Entre otras características, tendría las siguientes:

  1. Circulación semanal, el mismo período de las reuniones en los organismos peledeístas.
  2. Formato: tabloide, de 8 páginas; fácil llevar y leer por los compañeros al pueblo.
  3. Tipografía, tamaño 11. Gótica o sinserif, -contraria a la románica- sin ganchitos en las letras, para facilidad de gente con poca costumbre de leer o problemas de visión.
  4. Titulares creativos, coloridos, con dramatismo, buen humor y atracción.
  5. Imagen tricolor: Preferentemente rojo (el que más impacta al ojo humano), azul, y blanco de fondo, colores de nuestra bandera.
  6. Sin pases. Es decir, un texto nunca diría al pie: “Sigue en tal página”. Pues para el pueblo dominicano es más práctico que el escrito termine en la misma página.
  7. Nunca fotos sin su pie explicativo. Para evitar interpretaciones erradas de imágenes, ya así se dirige la atención hacia lo que queremos comunicar.
  8. Tres estrategias leninistas de contenido. Ser: educador, (con artículos de militantes y del Presidente del Partido); agitador, (por medio de reportajes que denunciaban las injusticias sociales); y organizador (su distribución era una herramienta para conquistar más simpatizantes, circulistas y miembros).
  9. No venderlo en calles ni establecimientos. Porque, como explicó Bosch: “Aunque pudiésemos comercializar miles y miles de ejemplares en semáforos o tiendas, no nos interesan esos lectores que compran y se van. Queremos que el periódico sea adquirido sistemáticamente, y conquistar al lector para el Partido”.
  10. Debía generar finanzas para el PLD. Fue tan correcta su administración que, no obstante venderse a un precio muchísimo menor que el de los diarios dominicanos (10 centavos, en principio), producía ganancias para el Partido.

“ESO MONDONGO UNA TRAICIÓN A LA TUBERCULOSIS REVOLUCIONARIA”

  1. Se hacía mucho hincapié en el uso de un nivel de lengua sencillo, como habla el pueblo. Si empleábamos una compleja, debía explicarse su significado. A ese respecto, explicó que hay vocablos que la gente educada dice sin darse cuenta de que el pueblo les da una acepción muy distinta al que piensa el autor.

Bosch ponía el ejemplo del Dr. Juan Isidro Jimenes Grullón, quien decía en un artículo: Eso entraña  una traición a la ética revolucionaria. Como el pueblo simple no conoce esas domingueras palabras, interpreta lo siguiente: La palabra entraña para el pueblo se refiere a las entrañas u órganos del aparato digestivo que llama mondongo. La palabra ética la gente común la confunde con tísica o tuberculosis. De modo que el pueblo percibe que el filósofo y médico dice: Eso mondongo una traición a la tuberculosis revolucionaria.

Al final del curso, le informé al compañero presidente que escribo poemas y cuentos. Me dijo quería leerlos. Se los entregué y publicó algunos en Vanguardia.

Siendo yo parte del equipo, lo veía casi todos los días, ya que debía hacer reportajes que él corregía, cuando revisaba todo el periódico antes de ser impreso.

“NUNCA ESCRIBAS: LA RODRÍGUEZ, LA PEREZ…”

Recuerdo el respeto que el compañero Bosch sentía hacia la mujer dominicana. Por eso, en el caso de un reportaje sobre la denuncia de una señora del barrio Gualey en contra de que un poderoso le quitara su casita, me él corrigió:

Yo escribí: “Entonces la Rodríguez dijo que aquello era injusto”. El líder me dijo:

“Por favor, Juan Freddy: Nunca te refieras a una mujer como la Rodríguez, la Núñez, la Pérez, pues es una forma irrespetuosa de tratarlas. Hace sentir al lector que te refieres a una persona poco valorada”.

Gracias a él por esa enseñanza.

En mi próxima entrega, hablaré sobre la interacción con el gran Maestro cuando pasé a ser director del periódico, y las discusiones que sosteníamos, algunas con mal humor y otras con bueno.

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