ALERTA. Claudio Cohén continúa explicando cómo musicalizar textos

ALERTA. Claudio Cohén continúa explicando cómo musicalizar textos

Juan Freddy Armando.

El pasado domingo, publicamos la primera parte de un artículo del compositor y cantante Claudio Cohén, explicando técnicas para musicalizar textos. Hoy, publicamos la segunda entrega. Veamos:

“ALGUNAS REGLAS A SER ATENDIDAS

Una de las primeras es preservar el sentido del texto. A ello se agrega que la acentuación sea correcta, lo cual indica que el autor-compositor ha elegido la música o talla correcta para vestir la letra, que es el cuerpo.
Una segunda recomendación para el autor de letras que quiere facilitar la labor del compositor de música es escribir en versos espinelas o de 8 sílabas.
Un buen escritor de canciones sabe que si la última palabra del primer verso es grave, las demás palabras finales de los siguientes versos suelen ser graves.
Como hemos dicho antes, la música es el vestido. La letra es el cuerpo. Y, como dije al inicio, la música también tiene su métrica si el compositor apela a este recurso.
Jorge Drexler recibió este consejo de Joaquín Sabina, no literal: “Si quieres hacer grandes canciones, usa los versos espinelas”.
Estos son los que integran las muy musicales décimas o chuines.
Con el tiempo se obtiene este “oficio de escritor”, si eres un cantautor.
Pero lo principal es que el compositor sea respetuoso del cuerpo y le “talle” el vestido al contenido, incluso asumiendo sus curvas e irregularidades.
Pero no siempre deben tener la misma métrica. El propio Sabina nos brinda un brillante ejemplo con “19 días y quinientas noches”.
Verán que en las dos primeras estrofas, las de la melodía abajo, se repite el mismo esquema de métrica silábica y acentuación.

COMIENZO DE “19 DÍAS Y QUINIENTAS NOCHES”

Lo nuestro duró (5 sílabas -aguda-)
lo que duran dos peces de hielo en un whisky on the rocks (15 sílabas -aguda-)
en vez de fingir (5 sílabas -aguda-)
o estrellarme una copa de celos le dio por reír (15 sílabas -aguda-)
de pronto me vi (5 sílabas -aguda-)

AQUÍ CAMBIA LA MÚSICA Y TAMBIÉN LA ACENTUACIÓN:

…como un perro de nadie ladrando a las puertas del cielo (15 sílabas -grave-)
me dejó un neceser, con agravios, (10 sílabas -grave-)
la miel en los labios (6 sílabas -grave-)
y escarcha en el pelo… (6 sílabas -grave-)

VUELVE AL MISMO ESQUEMA DEL INICIO:
Tenían razón, (5 sílabas -aguda-)
Mis amantes en eso de que antes el malo era yo, (15 sílabas –aguda-)
Con una excepción (5 sílabas -aguda-)
Esta vez yo quería quererla querer y ella no (15 sílabas -aguda-)
así que se fue (5 sílabas -aguda-)

VUELVE A CAMBIAR LA MÚSICA Y LA ACENTUACIÓN:

Me dejó el corazón en los huesos y yo de rodillas (15 sílabas, -grave-)
Desde el taxi, y haciendo un exceso (10 sílabas, -grave-)
Me tiró dos besos (6 sílabas -grave-)
Uno por mejilla… (6 sílabas -grave-)

Mantiene el mismo esquema creativo en las dos primeras estrofas.
En conclusión, “oficio de escritor”.

OTRO EJEMPLO

La canción “Cuando mueran los toreros”, de mi autoría, es un ejemplo de métrica, versos espinelas, rima asonante y acentuaciones regulares. Esto sin sacrificar el mensaje o poner palabras solo para rimar de manera intelectual.

Un toro brinca a las gradas (8 sílabas –grave-)
los vivos salvan su vida (8 sílabas –grave-)
precoz llega la estocada (8 sílabas -grave-)
y reinicia la corrida. (8 sílabas -grave-)

Y otro toro salta al ruedo, (8 sílabas -grave-)
“Olé” gritan los plebeyos, (8 sílabas -grave-)
en el ruedo los leones (8 sílabas -grave-)
esquivan bien cual ratones. (8 sílabas -grave-)

Primero agitando el paño (8 sílabas -grave-)
el toro muerde el engaño, (8 sílabas -grave-)
le pican pa’ encojonarlo (8 sílabas -grave-)
y el toro tumba al troyano. (8 sílabas -grave-)

Tres veces del mismo modo (8 sílabas -grave-)
le pican el lomo al toro (8 sílabas -grave-)
y el corcel de ojos tapados (8 sílabas -grave-)
al suelo cae derribado. (8 sílabas -grave-)

Cuando mueran los toreros (8 sílabas -grave-)
que reencarnen en los toros (8 sílabas -grave-)
los de arriba van al ruedo (8 sílabas -grave-)
a gritar “Olé” de miedo. (8 sílabas -grave-)

Con digna estampa porfía (8 sílabas -grave-)
el recio toro de lidia (8 sílabas -grave-)
a quien con su maravilla (8 sílabas -grave-)
le clava las banderillas. (8 sílabas -grave-)

Y aquí viene un recurso del compositor para romper la monotonía de las estrofas con melodía baja y los estribillos con melodía regularmente alta.
Yo le llamo “divertimento” -ya mencionado-, y consiste en adicionar una música diferente a la usada en la canción, con una estructura armónica o secuencia de acordes distinta.

“Salven al toro, (5 sílabas -grave-)
digno de indulto, (5 sílabas -grave-)
pañuelos blancos, (5 sílabas -grave-)
cojín al ruedo, (5 sílabas -grave-)
que por su oreja (5 sílabas -grave-)
joven torero, (5 sílabas -grave-)
hunde la espada, (5 sílabas -grave-)
santo remedio” (5 sílabas -grave-)

Y REGRESO A LA MÚSICA Y MÉTRICA ORIGINALES

La lengua afuera babeando, (8 sílabas -grave-)
los ojos desorbitados, (8 sílabas -grave-)
el filo la sangre luce (8 sílabas -grave-)
y el toro ya cae de bruces. (8 sílabas -grave-)

Si piensan como he soñado (8 sílabas -grave-)
seguro que habrá pensado: (8 sílabas -grave-)
“si a mi me cuidaron tanto, 8 sílabas -grave-)
¿por qué me han asesinado”? (8 sílabas -grave-).

Finalmente, cuando hay creatividad, inspiración, sensibilidad, talento, intuición y capacidad para pensar, todo lo anteriormente dicho está expuesto a ser irrespetado”.

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