Parte I
A CONTINUACIÓN, EL FRAGMENTO INICIAL DE MI PONENCIA DE OCTUBRE 21 DE 2007, EN EL XI CONGRESO DOMINICANO DE HISTORIA, ORGANIZADO POR EL MUSEO NACIONAL DE HISTORIA Y GEOGRAFÍA, CAPÍTULO DOMINICANO.
“No son la técnica, ni la economía ni la política las que resolverán nuestros problemas. El proyecto de hacer el futuro es en primer lugar un programa cultural… Sin cultura no es posible abordar las transformaciones sociales; en esencia, esas transformaciones son un proceso cultural. Sin la creatividad y la fantasía no ganamos el futuro”.
HilmarHoffmann
1-INTRODUCCIÓN.
La inquietud sobre el valor económico-social de la cultura y su incidencia en la sociedad es un tema de interés relativamente reciente en el mundo. Nos informa Carlos Enrique Guzmán Cárdenas en su ponencia para el encuentro sobre el tema producido por Funglode en la inauguración de su Centro de Estudios de la Cultura, que es en los años 70 del siglo XX cuando comienza a discutirse el tema de las industrias culturales de forma específica.
Como fenómeno concreto, surge en los Estados Unidos en la década anterior, donde se les llama industrias del entretenimiento o del ocio. Se calcularon los aportes de estas al Producto Interno Bruto de la Nación, viéndose que era significativo. Luego, el Reino Unido lleva el tema a Europa, con un concepto más amplio, al llamarles industrias creativas e incluir a la publicidad y las instancias comunicacionales.
Un documento inglés las define como ‘aquellas industrias que tienen su origen en la creatividad individual, las habilidades y el talento, y que buscan el bienestar y la creación de trabajos a través de la generación y explotación de la propiedad intelectual’. (1998 Documento guía, Departamento de Cultura, Medios y Deporte).
Después de muchas discusiones en foros internacionales, los expertos acuñan la expresión, “industrias culturales”, con una visión todavía más abarcante, que está resumida en la acertada definición del poeta, novelista, ensayista e investigador uruguayo Hugo Achugar:
“Se entiende por producción cultural (…) no solo la producción artística tradicional -literatura, pintura, música, teatro y equivalentes- sino el conjunto de bienes y servicios relacionados tanto con lo que se ha llamado ‘alta cultura’ como con lo que resulta de las ‘industrias culturales’ o ‘cultura masiva -radio, televisión, revistas, discos, conciertos, recitales, videos, cable, etc.-, de la ‘cultura popular’ o ‘cultura folclórica’ –artesanías, eventos populares, por ejemplo ferias, ‘fiestas folclóricas’, etc. de las diversas instituciones ‘culturales’ –casas de cultura, museos, galerías, etc.-, sin tener en cuenta, por otra parte, todo lo relacionado con el ámbito de la educación”.
Aunque hay muchas buenas definiciones, como la de Harvey, Hoffman y otras discutidas ampliamente por los expertos en Mondiacult, (Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales), celebrada en México en agosto de 1982, nos guiaremos por esta de Achugar. Porque ella nos permite visualizar con claridad el fenómeno cultural en su diversidad y unicidad. Claro, dándole nuestra propia interpretación, y hurgando en su interior para establecer los conceptos de cultura comercial o industrias culturales y cultura pura o folclórica sumada a la labor artística y creativa, y cultura tecnológica o del trabajo científico e inventivo combinado a los recursos y herramientas de uso práctico. Más adelante explicaremos en detalle el contenido de esta nomenclatura nuestra.
Es importante aclarar, así desde el principio, que en esta exposición no se encontrarán conclusiones acabadas sino sondas, aproximaciones, datos, puntos de vistas y temas para el análisis. Ello es así porque:
1ro., la realidad puede mirarse desde infinitos puntos de vista que la mostrarán con distintas caras, y algunas veces hasta totalmente opuestas, sin dejar de ser la misma, y sin que ese antagonismo -como demostró Hegel- haga ilógica esa diversidad del ser.
2do., el avance de los conocimientos en los años más recientes de la humanidad ha llegado a establecer que si se quiere buscar la verdad, no debemos amarrarnos a juicios, análisis o estudios como tesis definitivas. Son un paso dentro del largo y complejo camino de lucha por comprender los fenómenos del mundo. Toda afirmación será siempre provisional y estará limitada por el constante fluir del objeto estudiado, de la investigación y hasta de la evolución de la lengua en que se escribe.
3ro., la cultura relacionada con el desarrollo y su peso económico es tema reciente en las mesas de discusión. Tiene apenas 20 o 30 años discutiéndose a fondo.
La parte más tratada en los años recientes es el papel económico de las industrias culturales, su rentabilidad y aportes al PIB de las naciones. Ese tópico ha recorrido ya un largo trecho de seminarios, talleres, encuentros en la Unesco y otros organismos internacionales y multilaterales.
Por ello, aunque abordaremos dicho aspecto, nos concentraremos en otros actualmente no tan discutidos, pero no menos importantes para establecer la pertinencia de invertir en la cultura. Buscaremos responder a las siguientes preguntas: a)¿En qué consisten las tres vertientes de la cultura que establecemos: comercial, pura y técnica? b) ¿Cómo favorece la cultura a la imagen y negocios de una nación? c)¿Cuánto aporta la cultura al Producto Interno Bruto? d) ¿Cómo enriquece la cultura el enfoque del trabajo a los profesionales de otras áreas? e) ¿Qué beneficios trae a las sociedades la expansión de la enseñanza de la creatividad como herramienta de la investigación y del pensamiento científico en todas las ramas del saber? f) ¿Cómo puede usarse los productos culturales para incentivar valores éticos y morales en personas y pueblos?
2-OBJETIVOS DE ESTA EXPOSICIÓN.
1ro. Definir los distintos roles de la cultura global entendida como sumatoria de las tres vertientes fundamentales que acabamos de definir: la comercial –o industrias culturales si se quieres decirles así-, pura y técnica.
2do. Lograr que segmentos sociales no identificados con las inquietudes culturales puedan entender su importancia y la necesidad de que los sectores estatal y privado inviertan en ella y logren mayores beneficios particulares y para los ciudadanos en general.
3ro. Investigar para qué sirve el trabajo cultural y sus productos, y cómo ayuda en su labor diaria al agrónomo, sociólogo, economista, ingeniero, médico, empresario, sastre, cocinero, chef, vendedor, mercadólogo, político, abogado y otras profesiones cuyo desenvolvimiento aparentemente no tiene nada qué ver con lo cultural. Y cómo influyen también en la vida moral, productiva, social y en la búsqueda de diversión sana del ciudadano común. Además, cómo usar los productos culturales usarse en el rol de armas para el combate a males como la delincuencia.
4to. La puesta en valor de la cultura y sus productos en la sociedad moderna, dando por entendido que el concepto de puesta en valor lo usaremos con el mismo criterio que se usa en el mundo museológico; es decir, realizar los estudios y evaluaciones conducentes a que se reconozca la importancia que tiene para la vida de la gente.
Es el objetivo de más alto interés en este trabajo, ya que quienes nos dedicamos a la creación, fabricación o invento de productos culturales, requerimos para nuestro buen modus operandi que se dé a dichos productos la importancia y el amplio financiamiento que merecen.
En un próximo artículo continuaremos los planteamientos de nuestras ideas, dirigidas a que economistas y planificadores estatales y privados adquieran conciencia del valor capital.