Aplaudo que los latinoamericanos inmigrantes en EEUU realicen actividades para fortalecer su identificación con la cultura de sus países de origen. Incluso, luchan porque sus descendientes nacidos en ese país asuman esas idiosincrasias.
HERENCIA HISPANA NO. HERENCIA LATINOAMERICANA SÍ
Por ello existe The Hispanic Council, con un sitio web donde publica lo siguiente: “El Mes de la Herencia Hispana se celebra entre septiembre y octubre, ya que el día 15 de septiembre celebran su independencia cinco países latinos: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua; el día 16 lo hace México, el 18 Chile y el 12 de octubre se celebra Columbus Day o el Día de la Hispanidad”.
Sin embargo, hay un error en esto. No debemos celebrar el mes de la herencia hispana, pues esa palabra alude a personas procedente de Hispania o Península Ibérica. Celebremos la Herencia Latinoamericana, concepto más apropiado para referirse a los nuestros la cultura de los nuestros. Los inmigrantes originarios de nuestros países no son, stricto sensu, hispanos. Hispanos son los españoles que emigraron a Estados Unidos.
Además, el gentilicio latinoamericano está referido a quienes viven en América cuya lengua es proveniente del latín. Vale la pena observar que esto de calificar a los inmigrantes latinoamericanos como hispanos es la asunción de un error de los estadounidenses no bien educados, que tienden a llamarlos hispanos, quizás por identificarlos solo por la lengua que asocian a lo español. Equivocación que no debemos asumir sino corregir.
OBAMA NO ES NEGRO
Igualmente pasa con el concepto de negro. Para los estadunidenses comunes o no bien educados, Barack Obama es negro. Pero científicamente no lo es. Para quien conozca un poco de antropología (ciencia que estudia «la evolución de la especie humana, la diversidad étnica y cultural, las costumbres sociales, las creencias, los procesos de transformación, etc.», como la definen sus estudiosos) el ex presidente de Estados Unidos es mulato. Por ser de madre blanca y padre negro.
De modo que, si queremos analizar las cosas lo más cercanamente posible a una visión científica de etnia y gentilicio nuestros, debemos asumirnos como latinoamericanos inmigrantes en USA, y no apropiarnos de un error de los estadounidenses, y asumida equivocadamente por el Diccionario de la Real Academia Española.
HABLAMOS CASTELLANO; NO ESPAÑOL
Diccionario que, dicho sea de paso, está tan equivocado como la Academia de la Lengua al llamarle español al idioma castellano que hablamos. Pues, como han demostrado ya varios lingüistas, en España hay varias lenguas españolas: vasco, gallego, catalán, castellano. Por eso, Gabriel García Márquez hizo bien en hablar de lengua castellana en el discurso que pronunció el día que la Academia de la Lengua Española le hizo el homenaje a él y su libro Cien Años de Soledad.
EMBAJADA AMERICANA NO. EMBAJADA ESTADOUNIDENSE SÍ
Otro caso parecido, en el cual los latinoamericanos hemos sido víctimas de dejarnos llevar de criterios ajenos es el referido al gentilicio americano. Cuando nos referimos a esa condición siempre pensamos que solo alude a los estadounidenses y no a todos los habitantes pertenecientes por nacimiento o adopción al Continente Americano. Como si los Estados Unidos de América constituyesen la totalidad del continente.
Ni tonto ni perezoso, el gobierno de los Estados Unidos refuerza ese error cuando le llama Embajada Americana a su legación diplomática. Uno llama a la misma, y la telefonista responde: “American Embassy”, que traducido es “Embajada Americana”. La respuesta correcta debía ser “USA Embassy”; es decir, “Embajada de Estados Unidos”.
Nadie podrá impedirles a las autoridades de EE. UU. llamarle de ese modo, pero sí podemos nosotros referirnos a la misma al igual que a sus nacionales con el calificativo de estadounidenses.
12 DE OCTUBRE: CELEBREMOS EL ENCUENTRO DE CULTURAS
Volviendo al tema inicial, y a propósito de la herencia española, los investigadores antropológicos latinoamericanos, en una actitud vergonzante, y un vano afán de nacionalismo a ultranza o resentimiento histórico, han querido restar importancia a la herencia española que llevamos en la sangre, mente y espíritu producto de la incidencia de los conquistadores.
Digo que llevamos su sangre porque se aparearon con negros e indígenas. Llevamos su cultura porque nos trajeron la lengua que hablamos, danzas, músicas, pinturas, filosofías, costumbres, equipos, etc. que se fusionaron con las aborígenes y negras. Por ello, la cultura de nosotros es producto de nuestra creatividad, inteligencia y esfuerzos, en dialéctica interacción con la hispana. Pero no de ellos solamente, como quieren insinuar muchos, sino también se les suman las de otras naciones: Inglaterra, Holanda, Portugal, India, China, Japón y otra mucha gente que ha emigrado a América. La herencia genética y cultural de España es parte inalienable de nuestra idiosincrasia y junto a las demás, ha enriquecido nuestro acervo.
Por ello, debemos celebrar el 12 de octubre de 1492 destacando su más importante aspecto: el encuentro de culturas que amplió el mundo geográfica, política, social, económica y étnicamente. Se sabe que la conquista fue a sangre y fuego, con muchos abusos incalificables, y no debemos ignorar esa amarga, abominable y repudiable realidad. Debemos repudiarla, pero ello no ha de cegarnos y no querer aceptar y aprovechar la parte positiva de la llegada de los conquistadores. Sus aportes fueron tan valiosos como las importantísimas riquezas culturales, naturales y físicas de africanos y aborígenes nativos originarios de nuestra América.
Con estas reflexiones busco que hablemos y actuemos con la mayor propiedad posible. Y huir de prejuicios, para alcanzar la convivencia fraterna de todos, sin irrespetar ni permitir que se nos irrespete.