Alerta es peligroso plantas de GLP en zonas pobladas

Alerta es peligroso plantas de GLP en zonas pobladas

El ex presidente de la Asociación Nacional de Detallistas de Gasolinas (Anadegas), ingeniero Juan Ignacio Espaillat, advirtió sobre el peligro que representa en zonas pobladas como la Capital y Santo Domingo, el funcionamiento de una serie de plantas envasadoras de gas licuado de petróleo (GLP) sin la debida supervisión y en violación a las normas de seguridad requeridas.

Expuso que le preocupa  cómo se continúa  permitiendo la instalación de envasadoras de GLP maneajdas, según dijo,  por personal sin el debido entrenamiento y en zonas densamente pobladas. Dijo que tales envasadoras carecen de las normas  de seguridad acordes con estándares  internacionales que regulan ese negocio.

Dijo que  muchas de esas estaciones de almacenamiento y expendio del carburante se han convertido en especie de bombas de tiempo.

Ignacio Espaillat consideró que si la explosión del tanque de almacenamiento de GLP que se produjo la semana pasada en Tamboril, de unos 18 mil galones, se hubiese producido en la envasadora donde ocurrió el conato de incendio en el ensanche Evaristo Morales, los muertos hubiesen sobrepasado los tres mil, ya que allí hay 60 mil galones del carburante depositado, en violación a las normas de seguridad requerida.

Recordó que dicha normativa establece un almacenamiento máximo de 10 mil galones por cada envasadora, lo cual, dijo,  no es cumplido por ninguna de esas estaciones de expendio, como forma de ampliar su capacidad de mercado.

Entiende que el manejo inadecuado de la comercialización del GLP en el país  debería ser motivo de mucha preocupación por parte de la población, la cual está expuesta a catástrofes debido a que no reúnen las condiciones de seguridad requeridas.

 El ex presidente de Anadegas indicó que el problema comenzó con la creación de Digenor, a finales de 1970, cuando en violación se permitió a los actores del negocio ser propietarios de los cilindros, contrario a lo que ocurre en el mundo, que  son propiedad de los suplidores del combustible.

Atribuyó los frecuentes incendios y explosiones en plantas envasadoras y de cilindros de gas propano al mal estado de los cilindros  y a que dichas distribuidoras no cuentan, según dijo,  con adecuado mecanismo de abastecimiento, lo que causa muertes, daños humanos y materiales con frecuencias. Refirió que  cuando varias multinacionales salieron del negocio del gas licuado, el mismo  pasó a ser controlado por personas inexpertas, y que algunas empresas envasadoras se dedicaron adquirir cilindros descartados en el exterior por parte de inmigrantes  cubanos dedicados a esa actividad, convirtiendo esos recipientes en bombas de tiempo.

Entiende que el ministerio de  Industria y Comercio y la población no advierten el grave peligro que esto representa, lo mismo que  permitir la instalación de esos establecimientos en lugares de grandes densidades poblacionales y manejadas de forma inadecuada.

Espaillat se refirió a las explosiones  en Tamboril, la autopista de San Isidro, en Santo Domingo Este, en la calle Pedro Livio Cedeño  esquina Moca, de la Capital, así como el incendio de automóviles en los que es utilizado ese carburante.

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Indiferencia

También recordó la tragedia ocurrida en La Romana, donde varias personas murieron sin que las autoridades hayan hecho nada por controlar esa realidad. “Hasta ahora las autoridades han sido indiferentes al no fiscalizar y controlar esas estaciones, y por el contrario han estado otorgando autorizaciones para operar nuevas plantas  y permitiendo el suministro del GLP sin la debida supervisión y bajo los debidos estándares de seguridad”, comentó.  Criticó que a Digenor no se le dé el apoyo requerido y que por el contrario se le haya despojado de la facultad de regular el funcionamiento de esas envasadoras.

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