ALERTA. Función de la crítica en la literatura

ALERTA. Función de la crítica en la literatura

Juan Freddy Armando.

Seguimos con esta conversación, concebida y moderada por Rosa Silverio, con participación de Carmen Imbert (quien, debido a sus ocupaciones, no pudo continuar), Manuel Llibre Otero y yo.
ROSA: Pasemos a otro tema que preocupa mucho a los escritores: ¿Cuál es la función de la crítica literaria?
JUAN FREDDY: Para mí, la crítica literaria es la ciencia que estudia las propiedades de las letras, su fondo fondo y forma, y establece las leyes que explican los fenómenos de la lecto-escritura. Tal como la física es la ciencia que estudia las propiedades de la materia y la energía, y establece las leyes que explican los fenómenos naturales. De ahí que la función de la misma es hurgar en el trabajo literario, con las herramientas del análisis, síntesis y el movimiento dialéctico, diacrónico y sincrónico del mismo, calificándolo y clasificándolo, para lo cual se auxilia de otras ciencias: psicología, sociología, lingüística, antropología, historia, filosofía, etc. Su labor es de dar luz orientadora a escritores, profesores y lectores sobre el valor cualitativo, cuantitativo, humano de las obras.
LLIBRE: Es muchísimo lo que se ha escrito sobre la función de la crítica, no solo la literaria sino la critica en las diferentes manifestaciones del arte, y todo parece apuntar a que es un gran soporte, hilo conductor, que como bien dice Juan Freddy se dedica a esos asuntos tediosos y odiosos, pero necesarios, de la calificación, la evaluación y pienso que sobre todo, una función básica de la crítica debe ser situar.
JUAN FREDDY: A un escritor teóricamente no debe importarle si escribe una novela, cuento, ensayo, relato, mezcla de estos, teatro, ciencia, lo que sea. Eso es oficio de los críticos.
ROSA: Yo creo que la función del crítico no es simplemente decir si un texto tiene aciertos y desaciertos, luces y sombras, sino también decodificar sus mensajes, mostrarle al lector los rincones ocultos de un libro, ser guía en la lectura. Aunque cuando yo compro un libro y viene con un estudio crítico, lo que suelo hacer es leer primero el texto, y luego el estudio, de manera que este no me condicione.
¿SON BUENOS LOS CRÍTICOS DOMINICANOS?
LLIBRE: Al escritor puede parecerle interesante o no ubicarse en términos de tiempo y espacio; puede relajar este sentido de la ubicación y moverse a diferentes lugares de las coordenadas, pero con la obra, el trabajo ya creado, pasa algo curioso. Siento que el producto, por llamarlo así, sí necesita ser ubicado, precisado, contextualizado, estudiado mucho y acepto la culpa y las piedras si desean lapidarme, pero creo que el problema de internacionalización, valorización, mercadeo, etc. de nuestra literatura, radica en que no existe una crítica literaria consistente y con la suficiente calidad y responsabilidad como para ser una herramienta de apoyo a los autores.
ROSA: Cierto, Llibre. No creo que en nuestro país podamos hablar de que se hace una labor crítica consistente, seria y estimulante, porque cuando la crítica no cae en un extremo (elogios y amiguismo), cae en el otro (detractar todo y traspasar el marco del texto que se está analizando para caer en cuestiones personales).
JUAN FREDDY: El país debería tener una buena crítica, porque eso le permitirá descubrir también si hemos hecho obras de nivel alto en comparación con las de otros países. Por ejemplo, para mí Yelidá es uno de los mejores poemas de todas las lenguas. Sin embargo, no ha habido una crítica que lo catapulte a nivel internacional.
ROSA: Claro, por eso pienso que la labor de los intelectuales no debe ser solamente la de actuar como censores (si acaso a mí me está permitido decir cuál debe ser su labor) sino también la de realizar estudios que resulten luminosos e interesantes sobre la literatura pasada y la contemporánea.
JUAN FREDDY: Es que al igual que en otros países, el Estado debe invertir dinero, pagándoles a los especialistas para que hagan investigaciones serias sobre nuestras artes.
¿CÓMO SABER CUANDO ES BUENA O MALA?
LLIBRE: Leí en algún lado que un señor en Europa demandó a un crítico de un periódico porque dijo en un artículo que tal libro era muy bueno y el señor lo compró y le pareció malísimo, así que demandó al crítico por llevarlo a hacer una mala inversión. El oficio de crítico entraña una gran responsabilidad, tanto como cualquier otro oficio del intelecto. No debería ser un hobbie o algo que hacemos en nuestro tiempo libre.
ROSA: ¿Y cómo puede uno distinguir una buena crítica de una mala?
LLIBRE: Una crítica consistente sirve para ir creando una historia de las cosas, tanto de efemérides como de contenidos, pero sobre todo, de pensamiento. Si la crítica se queda sólo en efemérides, biografías, alabanzas y crónica social, no estamos en nada.
ROSA: En lo que a mí se refiere, yo no ando buscando que una crítica sea objetiva, pues toda crítica refleja el punto de vista de su autor, que no necesariamente es compartido por otro. Lo que yo sí busco es cierto rigor en las ideas, que haya análisis, profundidad, que el crítico se sumerja en las interioridades del texto mostrándonos sus sitios más recónditos, y por supuesto que no caiga en alabanzas o injurias.
LLIBRE: La obra de arte ciertamente crea una forma de pensamiento, pero le toca a la crítica entender el por qué y mostrarlo para que pueda ser entendido en su contexto.
JUAN FREDDY: Así es. Porque incluso la crítica debe aclararle misterios hasta al propio autor sobre su obra.
El próximo domingo publicamos la entrega final de este intercambio entre mis queridos amigos Rosa Silverio, Manuel Llibre Otero, Carmen Imbert y yo.

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