Los dominicanos todos, sin distinción de banderías políticas, debemos mantenernos en estado de alerta cerrando filas, juntos al Gobierno dominicano, ante las amenazas que se ciernen contra nuestro país por el desborde de la crisis política haitiana y las pretensiones e insistencia de organismos internacionales como la ONU para que, pese a nuestras limitaciones, se abran campos de refugiados en nuestro territorio, lo que representaría una gran amenaza contra nuestra soberanía, estabilidad y sobrevivencia como nación.

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La crisis política haitiana ha llegado a un punto de difícil manejo por la comunidad internacional, no obstante las continuas advertencias del presidente Luis Abinader en distintos foros y escenarios internacionales donde advertía, con vehemencia, la necesidad de que las grandes potencias económicas, entidades y Gobiernos de la Región se integraran a la solución de la situación agravada a partir del asesinato del presidente Jovenel Moïse en el 2021.

Los acontecimientos han llegado a un punto que la Cancillería, la Cámara de Diputados y otras instituciones han tenido que salir al paso a las pretensiones de la agencia de la ONU para los refugiados (Acnur), en el sentido de que se permitan campos de exiliados haitianos en nuestro país, lo que representaría un desbordamiento migratorio que nos hundiría como nación.