Continuamos el riquísimo diálogo entre los escritores Carmen Imbert, Rosa Silverio, Manuel Llibre y yo, abordando interesantes reflexiones en torno a los diferentes tópicos que componen el hecho escritural y el oficio de tejer poemas.
ROSA: Les lancé la interrogante anterior porque quería preguntarles si creen ustedes que existe un tema más trascendente que otro o si todo va a depender del tratamiento que les dé el escritor.
CARMEN: Depende del tratamiento, Rosa.
ROSA: Es decir, que un poema erótico puede ser una gran obra de arte. De hecho, hay muchos poemas eróticos que a mí me parecen grandiosos.
CARMEN: Hasta lavarse el cabello puede tener trascendencia poética. La clave está en cómo lo escribas.
JUAN FREDDY: Creo que no hay temas trascendentes sino para cierto tipo de lector y escritor. Cada uno, según su forma de desarrollo, la manera en que fue criado, sus experiencias vitales, sueños, pasiones, país, costumbres, etnia, tiene sus temas trascendentes. Para cada escritor ocurre lo mismo. De modo que no creo que haya temas en sí mismo trascendentes, sino que eso depende de la circunstancia de cada ocasión. Y sigo creyendo que el poeta no debe ser esclavizado por nada de eso, sino dar rienda suelta a sus ímpetus y a los llamados de su personalidad, esté eso o no de moda, gústele o no a los lectores y críticos de su época. La trascendencia se la da, como señalas, Carmen, la forma en que sea abordado.
LLIBRE: No sé si recuerdan el poema ese famoso del poeta chino Li Po. Un temita más poca cosa e intrascendente que ese,… y mira el poemazo se sacó el chino.
CARMEN: Ojo con las experiencias, etnias, y todo eso, Juan Freddy. El escritor, la escritora, debe tener personalidad múltiple cuando trabaja; si no Flaubert no se hubiera convertido en Madame Bovary, ni la Yourcenar fuera Adriano.
JUAN FREDDY: Mira, Carmen: cada escritor debe ser aquello a lo que le llama su instinto y sus gustos o su selección consciente cuando domina el oficio. Flaubert tuvo esa decisión. Otros tienen otras. Cada uno debe seguir sus gustos, como cada color va tras sus inclinaciones, su modo de abrazar la luz.
ROSA: Como diría Pessoa (algo que les gusta citar a muchos autores): El poeta es un fingidor. Y es que escribe no solo de lo que vive, de su propia realidad, sino también de lo que imagina y de lo que percibe a través de sus sentidos.
LA NARRATIVA ERÓTICA GUSTA MÁS QUE LA POESÍA
LLIBRE: La poesía erótica no tiene tantos seguidores como la narrativa erótica; en la narrativa puedes darte el lujo de crear el universo de gemidos, caricias y detalles; en la poesía erótica, si desnudas a una mujer, debes vestirla con tus palabras.
CARMEN: Claro que sí, y somos fingidores los escribidores, si no fuéramos contables.
JUAN FREDDY: Yo digo que Pessoa estuvo en lo cierto en eso, y también equivocado. Es verdad que el poeta es un fingidor. Pero todo ser humano lo es. De todos los animales, el mejor fingidor es el ser humano.
LLIBRE: Alguien escribió sobre eso, del poeta como el gran fabulador, no sé si seamos fabuladores o contables, trapecistas o carpinteros, domadores de bestias o amas de casa (que es casi lo mismo aunque no sea igual); lo cierto es que quizás se necesite ser todo eso para escribir, y aún más.
ROSA: Sí, concuerdo contigo, Llibre. La narrativa erótica tiene más seguidores, o eso creo yo.
LLIBRE: Y las revistas porno tienen aún más seguidores, siempre que se necesita pensar más, disminuye el número de adeptos.
JUAN FREDDY: Estoy de acuerdo contigo en eso, Llibre, de que si hay que pensar más, tiene menos seguidores. También creo que la narrativa tiene más seguidores porque da más detalles, y le permite al lector entrar en suspenso, en tensión, en estados eróticos con mayor facilidad que la poesía, y además, a la gente le gusta que le cuenten una historia.
¿LA POESÍA ESTÁ PERDIENDO ADEPTOS?
ROSA: Pero retomando el tema de la vigencia de la poesía, ¿creen ustedes que tiene futuro este género, aún cuando cada día hay menos editoriales interesadas en publicarlo?
CARMEN: No solo están menos interesadas en publicar poemas, sino que lo dicen.
ROSA: O sea, que ya la poesía perdió su esplendor, ¿o será que ya pasó su «época dorada»?
JUAN FREDDY: Tal vez el fenómeno se debe a que algunos poetas han perdido el camino del lector, y escriben para los intelectuales, mientras que los narradores escriben más para quien lee.
LLIBRE: Aunque no se publique en libros, la poesía nunca morirá. Ahora se publica en los blogs. ¡Quién sabe si en el futuro se transmitirá con “pastillas neuronales”, quien sabe! La poesía existirá mientras exista el hombre.
CARMEN: Sin embargo, mientras desdeñan esa mercancía pienso que la poesía se transforma y se cuela, transmuta, si no fuese así la prosa poética no existiera, y por ahí hay muchos textos que son poemas camuflados.
JUAN FREDDY: Estoy de acuerdo contigo, Carmen. La literatura más leída en nuestro tiempo, y la mejor, es muy poética. Veamos a Cortázar, Borges, Márquez.
ROSA: Sí, es cierto, Carmen. Se cuela en las novelas, en los cuentos…
CARMEN: Es que no les gusta vender «libritos».
LLIBRE: Es que, francamente, leer poesía en unas hojas polvorientas de papel periódico con un engomado barato… es tan romántico, jajaja!
CARMEN: El premio Planeta de este año -Millás- es supuestamente una novela, y yo lo leí como un poema desgarrado, una biografía triste.
ROSA: Seda es un relato corto, pero si lo lees bien, descubres que es totalmente poético. En El Corazón es un Cazador Solitario, de Carson, hay para mí más poesía que en muchos poemas que he escrito y leído.
El domingo seguirá este conversachat, valga la rima.