HISTORIA DEL PINTOR TALENTOSO Y SIN DINERO
La meditación no es una panacea que soluciona todo. Pero ayuda en todo si la practicamos con perseverancia, pasión y placer.
Recuerdo un pintor, -con excelente mano de dibujante, y muy creativo para el arte- quien fue a mi oficina a rogarme gestionara que el Banco de Reservas le comprara algunos cuadros, o le consiguiera un empleo.
Me contó que estaba pasando por grandes dificultades: deudas, presiones, hambre, junto a su esposa e hijos, a punto de ser sacados de la casa donde vivían. Le expliqué que en el Banco en ese momento no estaban comprando arte ni había vacante disponible.
Lloró.
Lo invité a hacer un sencillo ejercicio meditativo dialogal. Le pregunté: ¿No se te ha ocurrido otra forma de producir dinero, aparte de vender tus creaciones o un empleo? Me dijo que no. Entonces, lo exhorté: Hagamos una lluvia de ideas buscando otras posibilidades para ti. Auto-examina tu historial, estudios, experiencias, a ver si aparecen otras formas de producir dinero. Planteó pocas y poco aplicables.
Esto demostraba que él, como la mayoría de nosotros los humanos, no estaba entrenado para auto-observarse y hacer su propio FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas).
Si hubiese sido un meditador, probablemente encuentra en su vida personal muchísimas posibilidades. Porque el observarse desde fuera de sí diariamente, durante 20 o 40 minutos (dependiendo de si medita una o dos veces al día) antes de acostarse y al levantarse lo entrenaría para hacerlo fácilmente. Le hice distintas sugerencias. Contaré la que él consideró mejor.
VÉNDELE SUS RETRATOS A TUS VECINOS
Escogimos una idea completada entre ambos. Dije: Donde resides tienes vecinos cercanos, como todo el que vive en una ciudad. ¿Qué te parece si tú, además de plasmar imaginaciones creativas, pintas la pareja de esposos de al lado de tu casa, con esa excelente mano de dibujante que tienes?
¿Sí? Y ahora, cuando te encuentras con ellos al llegar de su trabajo, le enseñas el cuadro, y le dices: He hecho este retrato para ustedes. ¿Les gusta? Probablemente respondan: Sí. Preguntas: ¿Cuánto me darían por él?
Hay cuatro posibilidades: Que te ofrezcan lo que consideras vale; quizás algo más; o algo menos; o no ofrezcan nada. En cualquiera de los casos, entrégaselo. Y les propones: A quien llegue a su casa y le guste esta obra y quiera una para su persona o familia, le dan, por favor, mi teléfono o correo electrónico.
Si haces eso con 20 de tus vecinos y solo 5 te dan buen precio por pintarlos, ya estás ganando dinero. Y puedes iniciar un negocio propio: Pides que te presten los cuadros, e invitas a la junta de vecinos a una exposición de ellos en tu casa. Habrá muchos de los presentes que te ofrecerán dinero para que les hagas retratos con esposa e hijos o individuales.
Después, empezarás a cotizarte, subirlos de precio, y te harás rico.
Me dijo que lo haría.
Lo que había hecho con él fue una sencilla práctica de meditación hablada. Se motivó a auto-observarse y halló interiores riquezas materiales y espirituales que desconocía.
LA POBREZA ES MÁS MENTAL QUE ECONÓMICA:
MEDITAR ENRIQUECE ESPIRITUAL Y MATERIALMENTE
Esta historia indica por qué muchos emprendedores que salen de la pobreza empezando de cero. Muestra que la pobreza es ante todo mental. Si nos auto-observamos descubriremos nuestros recursos. Desarrollaremos intuición y buen sentido práctico. Aprendemos principios de planificación y organización que nos permitirán salir del marasmo de la pobreza económica.
Con esto, vemos que la meditación, bien manejada, es también fuente de beneficios económicos. El dinero no genera, per se, la felicidad, pero ayuda a crear las condiciones materiales para la paz interior que producen salud física y espiritual.
HAY GENTE CUYA INTUICION NATURAL LOS HACE
COMPORTARSE, SIN SABERLO, COMO MEDITADORES
A eso se debe que muchos emprendedores alcancen el éxito sin ser meditadores. Responde también a la inquietud del poeta Justiniano Estévez Aristy, quien, ante mi afirmación de que “Vivir sin meditar es como tomar un guía sin saber manejar” comentó: “Se jodió el 99.9 de la humanidad. Mundo irreflexivo”.
La cifra de perjudicados por no meditar no es tan alta. Hay quienes, instintivamente se aplican la meditación. Les va bien porque su intuición, sentido común, auto-observación natural, descubren virtudes personales y del entorno.
Para alcanzar lo que ellos logran, quienes no tenemos esas virtudes naturales debemos dedicar tiempo al entrenamiento en la práctica meditativa.