¿Qué tiene el libro de Marivell Contreras para hacerle tanta fiesta? ¿Tanto huele la rosa? Sí que huele. Tanto la rosa de sus palabras como las rosas grises que ilustran cada página. Recuerdo que compré un ejemplar de la primera edición de Mujer Frente al Espejo. Le dí la primera ojeada, como habitúo hacer con los libros adquiridos para llevarlo a mi biblioteca sin saber cuándo voy a dedicarme a su lectura.
Pero el primer poema no me dejó dejarlo. El sopor de delicias me llevó al segundo, y por ahí a todos. Le puse mis notas. Se lo dije a Marivell, y me secuestró el ejemplar por varias semanas para leer mi crítica. Le propuse presentarlo en la puesta en circulación.
Me dí cuenta de que estoy ante una escritora de calidad, que maneja el verso con visiones muy personales, de una verdadera barda, aunque ella, en su humildad, lo niegue en el prólogo con estas palabras: «Eso no quiere decir que yo haya decidido llamarme poeta. Solo soy una mujer que se coloca ante el espejo, y que al ver su cuerpo, desnuda su alma».
DRAMATISMO NARRATIVO
Descubrí enfoques creadores valiosos. Por ejemplo, darle al poema un dramatismo propio del cuento, en el que de repente nos encontramos con un final sorprendente, y nos deja estupefactos ante el golpe de gracia: «Me lo dijo el espejo cuando me vio aterrada ante él: No eres Blancanieves. Tuve el valor que le faltó a la bruja malvada, -sin cuento- lo rompí».
Esa rotura tiene además un valor simbólico. Es también una ruptura. Muestra a la mujer que está dispuesta a todo con tal de superar la realidad amarga de las discriminaciones, subvaloraciones, prejuicios, feminicidios, golpeaduras, a que ha sido sometido el sexo femenino durante tantos años. Este valor icónico da fuerza comunicacional a la idea de la autora. Eleva la calidad literaria del mismo. Es una combinación deslumbrante entre fondo y forma.
Otra innovación del libro es la ausencia de títulos en los poemas. Estos pueden ser identificados e individualizados por el lector a través del recurso de diseño gráfico de poner la inicial de la primera palabra un poco más grande.
TRADICIONES BRITÁNICA Y ORIENTAL CONTRA LA ESPAÑOLA
Observamos que generalmente la poesía castellana es muy metafórica. Ha basado su existencia fundamentalmente en tropos, imágenes y otras formas verbales sorprendentes. Efectos con los que se han edificado excelentes piezas, como las de Quevedo, Lorca, Huidobro, Mieses Burgos, Paz.
En cambio, las literaturas inglesa, indú, japonesa, china, fundamentan el valor del texto en el drama humano, el buen sentido, la observación aguda y la filosófica capacidad de penetrar a lo hondo de la mente, la esencia y los sentimientos humanos, y hacerlos temblar. Aquí, la palabra no es un fin en sí mismo, sino un vehículo, una vía. No se busca transformar la lengua sino las ideas que contiene. Obviamente, la palabra es el camino, que debe andarse con belleza, innovación, ritmo, destreza.
Es una literatura consciente de que para sobrevivir por años, por encima de lenguas, culturas, siglos, milenios, la obra de arte tiene que situar sus raíces en los grandes dolores y alegrías del alma humana, observados desde un punto de vista distinto y personal, como solo puede hacerlo ese único ser humano que cada uno de nosotros lleva dentro. Sabe bien que la literatura nace en una lengua y un país y una cultura, pero para permanecer debe trascenderlos sin dejar de pertenecerles y conservar su naturaleza particular.
Marivell Contreras está más cerca de lo británico-oriental que de lo español. Comunica en su poesía esa fuerza, ese portento del manejo del sentimiento y las honduras humanas, y usa la metáforas con tal comedimiento, con tal ausencia de elementos rebuscados o de cursilería lírica que nos deleita, sustrae y lleva al instante en que ella sufre o se alegra o se enternece. Sus poemas son casi siempre cinematográficos, visibles, se desplazan en imágenes.
POESÍA CINEMATOGRÁFICA
Hay poetas auditivos y visuales. Franklin Mieses Burgos y Ruben Darío eran sonoros. Silvio Rodríguez o Tomás Hernández Franco, visuales. Como si tuviera palabra y cámara en manos, Marivell nos dice en la pág. 16: «Todas las mañanas abro el diario, golpean mujer, matan mujer, mujer abusada, sometida al sexo. Niñas, jóvenes, señoritas, señoras, viudas, viejas…».
Hay hechos que no requieren del pasaporte de los tropos para ingresar al país de la poesía, como nos lo mostró Neruda cuando describe cómo en la guerra civil española, “venían por el cielo a matar niños, y por las calles la sangre de los niños corría simplemente, como sangre de niños”.
En la pág. 26, vemos la metáfora del reportaje convertido en crudelísima narración poética, como las secas realidades que describía la divina Emily Dickinson, Marivell Contreras nos espeta: «Corran que clama la mujer de enfrente, corran que grita la mujer de al lado, corran que llora la mujer de arriba, vamos que padece la mujer de abajo…
SENCILLEZ PROFUNDA
Otro recurso interesante es el encadenamiento de metáforas, cuando pasa de una a otra sin producir confusion. La metáfora como su nombre lo indica, es un cambio que ilumina, un retorcimiento de las palabras para hacerlas decir lo que no pueden comunicarnos con su simple significado. No es para confundir ni convertir el poema en un juego de adivinanzas o en un test de inteligencia para el lector, como han hecho algunos autores que pretenden que la literatura sea mientras más oscura es mejor.
La autora aprendió de esos viejos errores. Bebió en los aciertos de los verdaderamente grandes, de sencillez profunda: León Felipe, Blanca Varela, Machado, Maya Angelous,Vallejo, Whitman, Carmen Natalia.
El próximo domingo veremos la última parte de esta crítica del libro referido.