ALERTA. Mi conversación con un maestro Hare Krishna

ALERTA. Mi conversación con un maestro Hare Krishna

Juan Freddy Armando.

JESCRISTO, PABLO Y NIETZSCHE DAN IGUAL CONSEJO

“Examinadlo todo, y retened lo bueno”, dice el apóstol Pablo en el versículo 5 de su primera carta a los tesalonicenses. Excelente consejo, ya que la mejor manera de escoger algo es conociendo a los demás de sus semejantes. No escogeré bien la naranja que voy a llevar del mercadito orgánico que visito si no estudio a las demás: ver si escojo la mejor, luego de rechazar una porque está muy verde, otra por demasiado madura, la siguiente por pequeña, etc. Eso nos aconseja también el sentido común al elegir una doctrina filosófica qué adoptar, o una religión para seguir o un partido político, social, cultural, al cual afiliarnos.

Obviamente, Jesucristo dice algo todavía más importante: “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres. El summun de la actitud científica es este consejo. Pues más que invitar a apegarse a la verdad, nos motiva a ser libres, a conocerla y estar dispuesto a seguir hurgando para hallar más y más verdades, más y más evoluciones que van cambiando a esa misma verdad.

TODA CONVICCIÓN ES UNA CÁRCEL

Jesús y Pablo nos invitan a explorar constantemente, y así nuestra mente va liberándose de apegos, de creencias. De este modo, la mente no fanatizada, la serena, viaja sin ataduras por la realidad interior y exterior, la espiritual y material, en búsqueda de la verdad, cambiante como agua viva.

Estudiado las enseñanzas de muchos líderes religiosos y pensadores, llegamos a una tercera valiosísima frase guía: la del filósofo alemán Friedrich Nietzsche, quien propone una afirmación mucho más clara que su complicado apellido: “Toda convicción es una cárcel”.
Es decir, que debemos adoptar unas creencias, unas posiciones para interpretar al mundo, el rol de los humanos, los fines y razones del vivir, el morir, etc. Pero sin apegarnos cerradamente a ellas sino mantener nuestra mente alerta, en atención, para corregir los errores que constantemente se mezclan con la verdad en su dinámico fluir en el cual lo único eterno es el cambio constante, la fugacidad de todo lo que existe.

BAGAVAD GITA: INCITACIÓN RELIGIOSA A DERRAMAR SANGRE

Esas reflexiones me vienen ahora, al recordar una de las tardes de domingo en que, hace unos 40 años iba a la calle Cayetano Germosén casi esquina avenida Bolívar, al local de los Hari Krishna a escuchar sus prédicas, conocer sus ritos orientales.
En una de esas ocasiones, había venido al país un gran sabio de esa religión, (cuyo nombre ahora no tengo la dicha de recordar) quien dictaría lo que nosotros llamamos una conferencia y que ellos llaman una exposición.
Al terminar sus palabras, un presentador invitó a que le hicieran preguntas o comentarios. Se me ocurrieron muchas y muchos, pero preferí dejar que pasara esa sesión y se entrara en el brindis, para aprovechar y hablar con el maestro, personalmente, sin la presión que produce el efecto de lo público. Aunque nos rodeaban muchos de los devotos o vaishnavas, como ellos se llamaban, prácticamente solo hablamos él y yo. Ellos escuchaban.
Le hice una serie de comentarios sobre el Bagavad Gina. Entre ellos, recordarle que es un diálogo entre el octavo avatar o encarnación del dios Visnú, llamado Krishna (similar al caso de Jesucristo, quien es encarnó a Jehová, según los exégetas cristianos) y su devoto seguidor Arjuna.
También traje a colación que el Gita es un capítulo del más largo poema de la humanidad, el Mahabharata, y que es el conjunto de palabras que le dice Krishna (el Jesucristo del Oriente, como he dicho) a su devoto Arjuna, al inicio de la guerra entre los pandavas y los kauravas por el reino de Hastinapura. La duda y aflicción se adueñan de Arjuna cuando ve que a quienes matará es a sus propios hermanos, tíos, primos, se niega a sacar los venablos de su carjaj y baja el rostro compungido. El semidios o dios hijo de Vishnu lo incita a pelear, a combatir, a matar sin piedad ni pena a quienes comparten su propia sangre familiar, ya que considera necesario para su religión la conquista del reino en disputa.

ENCERRAMIENTO DEL MAESTRO HARE KRISHNA

El diálogo fue (cito de memoria) aproximadamente el siguiente:
JUAN FREDDY: Maestro, conozco muy bien el Bagadad-Gita, traducido por Bakivedanta Sri Prabud Pada, que sirve de guía a sus prédicas. Entonces, quisiera preguntarle: ¿Ha estudiado usted también la Biblia, libro guía de los cristianos?
MAESTRO: No. Porque el Gita contiene toda la verdad del mundo, y explica lo que un devoto ha de conocer para conducirse en esta y todas sus encarnaciones.
JUAN FREDDY: Pero me parece que antes de escoger una doctrina como práctica de nuestra vida debemos conocer, estudiar, todas las propuestas a nuestro alcance para comparar y elegir la mejor.
MAESTRO HARI KRISHNA: Es que la Bagavad Gita me ofrece todo lo necesario para mi paz personal y la del mundo.
JUAN FREDDY: Pues yo, como ha visto usted, conozco bien el libro de ustedes los Hari Krishna y también la Biblia en distintas versiones y traducciones, la Torah de los judaístas, el hierático Libro de los Muertos egipcio, los suras del Corán islámico, las enseñanzas de Baha’ullah y su Fe Baha’i y un largo etcétera.
También he leído a los anti-religiosos y no religiosos, como Russell, Marx, Krishnamurti, Osho, Budha otros.
Concluimos nuestro diálogo amistosamente, con una armoniosa diferencia de opinión que no nos enemistó sino que nos condujo a posteriores intercambios de ideas, él con sus convicciones y yo con mis exploraciones. El con su fe cerrada y limitatativa y yo con mis dudas de librepensador.

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