SAN JUAN (AP).- El gobernador puertorriqueño Aníbal Acevedo Vilá puso ayer en alerta máxima a la Guardia Nacional, pero aún no decide si activa al cuerpo militar para ofrecer patrullajes preventivos en áreas de alta incidencia criminal.  Tras realizar una visita sorpresa a un complejo habitacional de interés social azotado por la violencia entre bandos de narcotraficantes en esta ciudad y supervisar que niños y adolescentes fueran transportados en autobuses a las escuelas, el mandatario se reservó la activación de no más de 135 guardias nacionales en espera de ver cómo se manifiesta la actividad delictiva en los próximos días.

   Según estadísticas policiales, en los primeros 13 días del año se registraron 42 asesinatos.

   Mientras, hasta el 16 de enero, se habían registrado 46 muertes violentas, 21 más que en el mismo periodo de 2006.

«Hemos comenzado a regresar a la normalidad en el sentido de que sí ha habido muerte, pero no con esa tendencia alcista que tuvimos esos primeros días del año’’, destacó Acevedo Vilá.

   Aclaró, no obstante, que de activar a los militares, éstos «no estarían para intervenir ni arrestar, pero sí para hacer patrullaje preventivo’’.

   La batalla entre grupos de narcotraficantes obligó a posponer la apertura de dos escuelas localizadas en los complejos habitacionales de interés social que han sido escenario de los mayores enfrentamientos, donde en diciembre se registró la muerte de un agente policial.

   Pese a que los niños de estos lugares viven cerca de las escuelas y suelen caminar hasta ella, sus padres solicitaron los autobuses como medida de seguridad.

   «Los padres me habían dicho que había mucha preocupación, que no se atrevían a enviar sus niños solos caminando’’, dijo el mandatario.

   Las rivalidades entre estos grupos de narcotraficantes no sólo han traído la violencia a la capital, sino que han contribuido al aumento de los asesinatos en otras zonas del área metropolitana, según la policía.