PEQUEÑA INTRODUCCIÓN
Seguimos el conversachat ideado y conducido por Rosa Silverio. Veremos ahora lo creativo versus lo intelectual, dos elementos contradictorios, complementarios y básicos para el poeta. ¿Cuál es más importante? Los dos igualmente.
Por el primero somos conscientes de lo que escribimos; verlo desde fuera, y corregir, resumir, limpiar y controlar desenfrenos del proceso. Por el segundo atrevemos a descubrir mundos nuevos, graciosos, irreverentes, conmovedores. La satisfacción del lector depende de cómo los combinemos.
El buen texto fluye espontáneamente sin que se note que fue corregido (incluyendo hasta un informe, artículo o estudio o tratado científico). Que para el receptor sea la expresión natural, a la manera de un diálogo oral; que cada palabra aparente ser la que se dijo de primera intención, sin señales de haberse hecho modificaciones.
El lector no quiere darse cuenta (aunque en el fondo sabe que las hay) de que se han hecho correcciones, elegido unas palabras y desechado otras, reconstruida la sintaxis, etc., para conducirlo a la atmósfera y estado emocional que se propone el autor. Sabe de la existencia de esos artificios manipuladores de sentimientos e ideas, que afectan sus convicciones filosóficas, sociales, políticas, psicológicas, sus valores éticos y morales, etc. El escritor tiene el compromiso de hacer que los olvide al transportarlo a la catarsis de la lectura.
ENTREMOS AL CONVERSACHAT
JUAN FREDDY: En la entrega anterior, yo decía: Lo esencial es que aprendas a leerte a ti mismo, a conocer tus emociones, y convertirlas en letras. Y ese es un punto interesante, porque al escritor no solo lo influencian las lecturas; también la vida, y aprende de ambas.
LLIBRE: Aunque siendo justos, y es importante cierta justicia (no para la creación literaria, pero sí para su valoración), es responsabilidad de la crítica especializada, no de la crónica social, el establecer los rasgos de estilo de los creadores y en ese sentido, nuestra crítica ha sido bastante floja, complaciente y anodina.
JUAN FREDDY: Estoy de acuerdo. El crítico es, contrario al escritor, un científico del análisis literario, y le corresponde definir géneros, caracteres, estilos, diferencias y afinidades de autores y letras.
LLIBRE: Exacto, Juan Freddy. Yo disfruto del trino del pájaro y del aleteo ingrávido de la mariposa. Le toca al ornitólogo y al entomólogo decirme los nombres científicos y los hábitos alimenticios y sexuales de aves y e insectos. Disfrutar del vuelo de una mariposa e intentar escribirlo no deja tiempo para otra cosa, es tarea suficiente.
ROSA: En la primera parte del foro, algunas personas dejaron comentarios preocupadas por conceptos, definiciones…, asuntos teóricos. Y ahora que mencionas eso, Llibre, me gustaría saber qué tan necesario es el dominio de teorías y técnicas para escribir.
TÉCNICAS: UTILIDAD E INUTILIDAD
JUAN FREDDY: Creo que las teorías y técnicas son útiles cuando la práctica logra convertirlas en un telón de fondo que te orienta sin saber que lo hace, que te guía sin dejarse ver, que está presente en el inconsciente, que va contigo y te avisa que hay un obstáculo, pero no se hace sentir, sino que deja que te sustraigas, te secuestres a ti mismo. Por eso un profesor de Berklee College of Musicle le dijo a Juan Luis Guerra: “Apréndete todas las teorías y creadores; luego tíralos por la borda; así harás grandes obras”.
LLIBRE: El andamiaje, el “aparatus”, es algo muy personal de cada autor; es como el pintor; tiene sus técnicas, su forma de preparar las pinturas, tela, ángulo de las pinceladas… Ciertamente, la práctica perfecciona la técnica, pero soy de los que creen que cualquiera es buena si te sirve. Si eres de los que siguen los decálogos de Quiroga o Bosch para escribir cuentos y eso te funciona, felicidades, y no se lo digas a nadie.
ROSA: Sí, es cierto. Recuerdo ahora que Mario Vargas Llosa, en su libro Cartas a un Joven Novelista, después de escribir más de cien páginas sobre todas las técnicas para escribir novelas, termina diciéndole al joven novelista que en realidad lo que debe hacer es dejar de leer ese libro y ponerse a escribir.
JUAN FREDDY: Sin embargo, consejos y teorías ayudan, porque leyendo sobre ellas puedes aprender trucos literarios que con solo la práctica tardarías décadas en aprender. Además, las teorías son herramientas que sirven al escritor para saber si lo que está haciendo tiene o no valor literario real… y después, olvídalo y sé tu mismo. Jajaja. Juan Bosch leyó mi libro inédito Présteme su Muerte. Me dijo: “Juan Freddy: Ven por aquí luego para enseñarte técnicas del cuento que tardé años en aprender y que dominarás enseguida”.
LLIBRE: Así es; ayudan, claro, pero no debes obsesionarte con eso.
ROSA: Creo que a un escritor que conoce las técnicas, que tiene mucho conocimiento teórico, pueden ocurrirle dos cosas: Usarlo a su favor, ya sea para innovar a partir de ahí, darle mayor consistencia a su obra, usar esas herramientas en su provecho, o para desdeñarlas conscientemente y no por ignorancia. O puede sucederle que simplemente se encadene a esas teorías, se limite, se vuelva acartonado, como una mujer encorsetada.
LLIBRE: Mi consejo es verlo así, como los andamios, que son solo eso, andamios. Te permiten levantar el edificio, luego se quitan y ni siquiera se piensa que estuvieron ahí. Claro que hay ejemplos, como dijo Juan Freddy de “instrumentistas” excepcionales. Mira el caso de Eco, por ejemplo. Me imagino que llegado un momento se dijo a sí mismo: “Si yo soy uno de los que más saben de cómo escribir novelas, por qué demonios no escribo una, y lo hizo”.
JUAN FREDDY: La otra semana, otros temas.