ALERTA. Somos menos violentos, y también nuestros símbolos

ALERTA. Somos menos violentos, y también nuestros símbolos

LOS ESCUDOS, POCO A POCO, DEJAN DE SER DE ARMAS

Como prometí en el artículo anterior, hablaré ahora de representaciones modernas.

Empecemos con los escudos de armas.

Mostraban violencia para protegerse de la violencia, pues cada comunidad temía los ataques de otras, con implementos de guerra y animales terroríficos. Igual, los mascarones de proa de los barcos figuras agresivas. Por cierto, algunos escudos tienen el gorro frigio como símbolo de libertad, por un error de los revolucionarios franceses de 1789, al confundirlo con el gorro píleo, emblema de los esclavos libertos en Roma antigua.

A pesar de que todavía los países más viejos tienen escudos violentos, se desarrolla una tendencia a usar representaciones pacíficas.

Algunos ejemplos: República Dominicana: biblia, banderas, lanzas, laureles; Costa Rica: barco, mar, montañas verdes, estrellas, sol, marco en madera; Belice: negro, indígena, barco, herramientas de trabajo; El Salvador: gorro frigio en forma de sol rojo, montañas, mares, banderas, laureles; Libia: media luna, estrella; Etiopía: estrella de líneas rectas sueltas; Eritrea: camello, laureles; Guinea Biseau: estrella, concha, laureles;  Guinea Ecuatorial: árbol, estrellas en cuadrante; Brasil: estrella gigante entre laureles, cosmos, estrellas; Liberia: barco, paloma, carretilla, palmera, paisaje.

LOGOS PACÍFICOS DE HOY

En mis años de profesor de publicidad en UNIBE, explicaba a mis estudiantes los tres tipos de logos: simbólicos, literales y abstractos. Obviamente, los mejores son los simbólicos, pues llevan la imagen de algo conocido que el consumidor asocia con cualidades positivas de la marca que busca venderse.

No hay dudas de que los humanos hemos ido mejorando nuestro espíritu. Buscamos más soluciones consensuadas que impuestas. Más negocios que guerras.

Esto se refleja en las identificaciones empresariales y estatales amigables: terrestres (caballo, cordero, llama, oveja, perro, conejo, hormiga, panda),  marinos (delfín, marlin, dorado, hipocampo, ballena), aéreos (gaviota, paloma, búho, cigua, picaflor, abeja, mariposa).

Además, los logos simbólicos de hoy también contienen otros elementos de motivos pacíficos: vegetales (flor, hoja, tallo, pétalo, raíz, caoba, manzana, naranja, etc.). También inorgánicos:  espaciales (Tierra, Sol, Luna, Venus, Saturno, Júpiter, cometa, onda, honda) agua (gota, vapor, hielo, lluvia, estanque, fuente, río, lago), metales (hierro en variantes de imán, acero, roscas, tornillos, etc.; oro, plata).

¿POR QUÉ VAN CAMBIANDO MENTALIDADES Y EMBLEMAS?

Como hemos dicho, la humanidad ha experimentado una evolución de lo violento a lo pacífico. Desde las virulentas identificaciones del pasado con fieras reales y míticas más agresiva que inteligentes, hasta los frescos y agradables símbolos que vemos hoy.

¿A qué se debe esta nueva conducta?

En la medida que las civilizaciones tienen mayor cercanía e intercambio unas con otras, van pacificándose, porque sucede como con todos los animales. La gente tiende a rechazar presencias nuevas para sus sentidos y mentalidad, pero si se acostumbra a ver frecuentemente algo distinto a sus costumbres, esa repetición la hace ir, imperceptiblemente, aceptando eso como parte de su ambiente físico y espiritual. Va dejando de sorprenderle y molestarle. Pues ante lo nuevo, el ser humano sigue este rápido e inconsciente proceso: 1. Sorpresa. 2. Observación, 3.Tolerancia. 4.Coexistencia. 5. Aceptación. 6. Habituación. 7.Agradabilidad. 8. Complacencia. 9. Integración. 10. Apropiación.

Si vemos ardillas en nuestras calles, nos asombraríamos y hasta nos asustaríamos, por lo rarito del inofensivo animal. En cambio, para los habitantes de New York es normal que de un  parque emerjan dos o tres de estos animalitos, y crucen raudamente entre sus pies.

Para bien y para mal, las fronteras se borran, y convertimos el planeta en la “aldea global” preludiada por Marshall McLuhan en los años ‘60. Cada país es un barrio de los otros; vemos y oímos de inmediato lo que les ocurre, sus costumbres, y lo que antes nos asombraba ahora es tan común que hasta queremos practicarlo.

De aquí que el humano tienda a ser menos violento. Disminuyen los conflictos. Nuestras mentalidades cambian subrepticia y rápidamente, porque los procesos se aceleran en la medida que tenemos menos conciencia de ellos. La sociedad globalizada que vivimos cambia nuestros hábitos con el simple hecho de mostrarnos repetidamente otros.

Por ejemplo, las discriminaciones que ejercemos de una forma u otra todos los humanos (por motivos económicos, raciales, étnicos, nacionalistas, sexuales, religiosos, filosóficos, deportivos, artísticos, culturales) van disminuyendo en tanto se hacen parte de nuestra cotidianidad. De tanto frecuentar nuestros sentidos se transforman vivencias de cada uno, y quedan registradas en la memoria. Pasan, queramos o no, a ser parte de nuestro identidad personal y colectiva.

¿Qué cosa tan grande ha ocurrido e impulsado este cambio?  Lo trataremos en una próxima ocasión.

Más leídas