La semana pasada, un escritor me decía, como nota de humor, que al parecer yo no hallaba nada qué publicar en mi columna ALERTA, y que por eso di espacio a un comentario del escritor dominicano Wilfredo Rijo. Me decía:“¡Cómo te atreves a poner a un autor desconocido como Wilfredo a cuestionar a ese gigante de las letras que es Borges!”.
Aunque dicha en broma, tal vez constituía una seria crítica por hacer caso y publicar los juicios de una persona sin reconocimiento como crítico, poeta, cuentista ointelectual, quien osó contradecir a un gran escritor, maestro consagrado.
A lo mejor temía mi amigo que mi columna se desprestigiara ante los meritísimos y excelsos pensadores de nuestro país, graduados con maestrías en letras por prestigiosas universidades europeas y norteamericanas.
LOS MEJORES LITERATOS NO HAN ESTUDIADO LETRAS
Agradezco su gesto amistoso, pues quizás me lo decía con la mejor intención, buscando que yo quedara bien parado ante los altos círculos literarios del país, y evitara así que me calificaran como vulgar escribidor que degrada la condición de escritor.
Sin embargo, existe la para ellos amarga realidad de que muchos de los más respetados y reconocidos escritores e intelectuales del mundo, admirados por esos laureados y titulados letrados -incluyendo al propio Borges, que era un simple bachiller- no han ganado premios ni ostentadodoctorados, maestrías u otros grados universitarios ni reconocimiento académico alguno por parte de los dotados en la materia escritural, lingüística, crítica o creativa.
Publiqué la crítica de Wilfredo Rijo porque a pesar de que no ha publicado libro, ni ganado premio, sin título académico relacionado con la literatura, ello no le impide tener la razón en hacer algunas críticas. Es que cualquier común inmortal puede criticar a los escritores Hugo yShaw, los filósofosAristóteles, Hegel, Santayana, al físico Einstein o al biólogo Marcano (quien no terminó sus estudios secundarios) u otros grandes estudiosos o creadores.
¿O tener la razón en una discusión está vedado para quien ad hominen se le niegue? ¿Hay que tener grado universitario para opinar sobre un tema especializado, con razón y poseer la verdad? La historia científica y artísticaha demostrado que no hay que ser académico para señalar errores a un especialista.
Además, es cuestionable la calidad de muchos de nuestros titulados universitarios. E igual de dudosas son las razones por las que algunos en nuestro país han sido exaltados a miembro de las academias científicas sin haber aportado nada nuevo a dichas ramas del saber. ¿Con qué “sabios” criterios otorgan esa condición?
¿SOLO DOCTORES O FAMOSOS PUEDEN ESTAR EN LA VERDAD?
No es correcto establecer que por el hecho de haber estudiado un área del conocimiento en la universidad sea establecido como la mayor autoridad en esa área. ¿A las ideas de un reconocido científico o artista debe ponerse igual atención que a las de un improvisado estudioso o creador cuyos únicos recursos sean sentido común, buen sentido, lectura y experiencias personales sobre un saber especializado?
Sí. Y no. No, si la persona que se atreve a hablar de una determinada área de la ciencia, arte o técnica no lo hace con suficiente argumentación y estudio, sino como atrevido ignorante, como superficial conocedor que quiere dárselas de ser experto en lo que no lo es. Sí, si motu proprio y por sus medios personales ha logrado un dominio de la materia igual o mayorque los académicos y desarrolla sus exposiciones con metodología, información, claridad y objetividad.
Es el caso de Bosch, quien solo alcanzó apenas el segundo año del bachillerato, y sin embargo fue uno de los más grandes cuentistas de la humanidad, reconocida autoridad en historia, economía, sociología, además de ser un gran político. Aportó análisis muchas veces superiores a los de académicos.
Algo similar ocurrió con Marx, Engels, Lenin, quienes solo se graduaron en derecho. En la universidad nunca estudiaron filosofía, economía, política, sociología, historia. No obstante, aportaron tanto que son verdaderas autoridades en dichas ciencias, consultados por doctores universitarios.
De modo que (salvando años-luz de distancia) queda demostrado que Wilfredo Rijo, sin haber estudiado académicamente letras ni ser escritor famoso, puede criticar con razón a Borges. Como (salvando otra vez la inmensa distancia) Sócrates, Budha, Jesucristo y Ghandi desarrollaron sapientísimas doctrinas, a pesar de no leer muchos libros ni haber publicado ninguno.
Es decir, en ocasiones quien conoce menos un problema puede solucionarlo mejor que los especialistas en el mismo.