ALERTA. Visión crítica de los poemas de René del Risco Bermúdez, I

ALERTA. Visión crítica de los poemas de René del Risco Bermúdez, I

Juan Freddy Armando

INTRODUCCIÓN. Como saben mis lectores, he dedicado recientemente tres artículos al análisis de los cuentos de este valioso escritor dominicano. Ahora, me propongo internarme en su poesía, el otro género que él cultivó con dedicación, pasión y esmero. Mi linterna crítica explorará luces y sombras de su obra poética.

Empiezo con un enfoque de los sonetos, su primera forma de abordar el quehacer literario, y, por cierto, la menos conocida. He seguido su desarrollo, visualizando los defectos de algunas de sus primeras piezas, observando su proceso de aprendizaje, hasta llegar al momento en que domina plenamente la técnica, y nos regala algunos de los mejores sonetos de nuestras letras.

Después, observo su verso libre, con un breve estudio de la evolución que lleva, así como las literaturas que han influido sobre su trabajo creador.

Con ese examen, completo mi enfoque de toda la obra del vate petromacorisano.

Hecha esta necesaria aclaración, entremos al disfrute y análisis de la obra del destacado nieto del gran vate social Federico Bermúdez. Para ello, he utilizado la edición de poemas y cuentos publicada por Editora Taller, aunque posteriormente, el Ministerio de Cultura dio a la luz una edición de su obra literaria completa.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE SU POESÍA:

Formas Exteriores:

La mayoría de los sonetos son endecasílabos. De vez en cuando empleó el alejandrino o el octosílabo. Sobre todo en los primeros ejercicios de este género. Su rima fue siempre consonante, aunque en alguno parezca acercarse a la asonante. El acento elegido por él es el más frecuentado por los poetas de la lengua española: el grave, que sitúa los finales en la segunda sílaba de la última palabra.

Su verso libre se caracteriza exteriormente por la alternancia de líneas largas y cortas, según lo requiera la fuerza y ritmo de la idea que busca expresar. El aire sonoro de los mismos es muy espontáneo y suelto, sin caer en la musicalidad, por ejemplo, de Mir o García Lorca, quienes en su verso libre mantienen unos endecasílabos, alejandrinos, etc., sin rimas. Nuestro escritor, se acerca más a esa libertad plena de Neruda, Whitman,Sandburg, en quienes el poema viene estructurado privilegiando los elementos del contenido.

Formas Interiores:

En este aspecto, su obra poética sigue un proceso ascendente desde la sencillez más directa y uso poco frecuente de la metáfora hasta un cada vez más abundante empleo de los tropos, imágenes y otros recursos de la lengua figurada.

Pero, todo esto sin perder nunca la maestría de lo sencillo, dramático, impactante de lo tratado que, evidentemente el poeta heredó de sus lecturas de los clásicos de la lengua española, inglesa y norteamericana. Sin abandonar nunca la nitidez y claridad de la escritura de los grandes autores, evocando así la mejor tradición del arte verbal, en cuanto la práctica de la virtud de ser buenos comunicadores, que nunca pierden el camino del lector, sin apelar a esos circunloquios que lo desvíen del huracán emocional en que buscan y logran seducirlo y transportarlo.

A este respecto, quiero relatar lo descubierto en mis encuentros personales con Miguel Alfonseca, otro poeta y cuentista de la misma época, de los grupos literarios de postguerra en los años ‘60. Escribí unos textos de radio para el Banco Popular, y esa entidad me pidió que fuesen grabados con voz de Alfonseca. Eso me dio la oportunidad de conocerlo, y en nuestras conversaciones sobre literatura me contó que él y otros jóvenes de su tiempo leían a los grandes creadoresingleses y norteamericanos.

Me parece que de estas lecturas, discusiones, intercambios, le viene a René del Risco esta preferencia por las formas sencillas, la metáfora comedida, el ímpetu dramático y sobrio de su poética.

Ello se refuerza con su conocimiento del maestro Jorge Luis Borges,  quien (también fue tocado fuertemente por la tradición verbal que le inculcó su abuela inglesa) le enseña a cuidarse mucho de no entrar en esos laberintos de oscuridad que caracterizaron luego a algunos autores dominicanos posteriores a su tiempo. Tomando en cuenta aquella afirmación del viejo maestro porteño en el sentido de que “…el escritor barroco es un pobre hombre rogándole al lector que lo admire” por el hecho de no poder interpretar esos retruécanos que ni él mismo comprende.

Contenidos:

Los temas más frecuentes, en poemas y cuentos, son lo amoroso, social y filosófico.

En este primer aspecto, el amoroso, su enfoque es siempre con unas maneras sutiles, eróticas pero elegante y discretamente manejadas. El cuerpo de la mujer –manos, brazos, boca, piernas- son objetos evocados con la discreción del que los acaricia con palabras igual que en la realidad corporal. Pero nunca llega al erotismo expreso de otros, aunque no deja de comunicar los deseos intensos, apasionados y estremecedores del ejercicio amatorio.

El segundo alude a lo social;se muestra siempre preocupado por los abusos de los grandes poderes del mundo capitalista en contra de los pueblos expoliados y humillados del tercer mundo. Toma a nuestro país como dramático ejemplo, y sufre hondamente nuestra miseria humana y material, las dificultades por las que pasa el hombre simple del campo o la ciudad, marginado y enajenado por los mass media. Aquí se manifiesta la herencia de su abuelo Federico Bermúdez, a tal punto que su madre, doña América, decía que él era la reencarnación del viejo y grande poeta petromacorisano.

El tercero está concentrado en lo filosófico, en sus inquietudes relacionadas con la naturaleza injusta del mundo, y las debilidades del hombre que le impiden ser justo. Hay en el autor analizado una militancia en el existencialismo filosófico. Pero no vivido al estilo intelectual, teórico, conceptual, que se manifiesta en Jean Paul Sartre, quiennunca manifiesta la pesarosa angustia que lo haga sufrir la tentación del suicidio. El existencialismo de René tiene más semejanza con el que llevó al suicidio al gran escritor francés Albert Camus.

El de Del Risco es dramático, socialmente angustioso, y frecuentemente muestra su frustración porque no puede transformar lo injusto en justo. Aquí vive un dilema personal, y es que siente que él no hace lo suficiente para lograr esa liberación que desea para los pueblos del mundo. Siente que su dedicación a trajes y corbatas de la vida pequeñoburguesa le ha impedido tomar la deseada antorcha de la rebeldía. Ello lo sufre en carne viva, y se expresa dolorosamente a lo largo de su obra poética.

Incluso, me atrevo a especular, a partir de mi lectura de toda la obra de nuestro autor, que hay en él posiblemente un secreto dolor de conciencia propio del que ha tenido la oportunidad de morir en combate por sus ideales, de enfrentarse al enemigo fiera y frontalmente, y su amor a la vida lo ha paralizado e impedido hacerlo, y eso lo avergüenza de vivir, tal como manifiesta en su poema al Che Guevara, y en otros.

Luego de esta vista panorámica de las características generales de los versos de René del Risco Bermúdez, dedicaremos otros artículos al estudio pormenorizado de la misma.

 

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