El 90% de los casos de cáncer colorrectal ocurren después de los 50 años y el riesgo de por vida de desarrollarlo es aproximadamente el 4,3%.
Así lo planteo el doctor Ángel Gómez, gastroenterólogo-endoscopista. Un pólipo en el colon es una pequeña acumulación de células que se forma en el revestimiento o mucosa del tubo digestivo, asegura.
La mayoría de los pólipos en el colon son inofensivos, aunque con el paso del tiempo algunos se pueden transformar en cáncer.
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Este suele ser mortal si se descubre en sus últimas etapas, analiza el profesional de lagastroenterología.
Explica que la mayoría de las personas con pólipos en el colon no presentan síntomas. Puede que no sean que tiene hasta que su gastroenterólogo lo detecte durante un examen.
Sin embargo, algunas personas con esta acumulación de células en el colon pueden presentar síntomas como cambios en los hábitos intestinales, en el color de las heces, anemia por deficiencia de hierro y dolor. Un pólipo grande en el colon puede obstruir parcialmente el intestino y generar dolor abdominal tipo cólico y sangrado rectal.
Tipo de pólipos
El especialista asegura que existen dos categorías principales de pólipos: los neoplásicos y los que no lo son. A su vez macroscópicamente estos pueden tener una base ancha, un pedículo, ser planos o ligeramente elevados, así como ser lesiones planas con zonas de depresión o ser excavados que es lo menos frecuente. Los pólipos no neoplásicos, por lo general, no se vuelven cancerosos. Los que son, incluyen los adenomas y los tipos dentados. Este primero (adenomas) tiene mayor probabilidad de convertirse en cáncer si se les da tiempo suficiente para crecer. Los pólipos pueden volverse cancerosos según su tamaño y ubicación. Por lo general, en el caso de los neoplásicos, cuanto más grande es el pólipo, mayor es el riesgo de cáncer.
Tratamiento
La extirpación de pólipos durante la colonoscopia se asocia con una reducción del 50% de mortalidad por cáncer colorrectal (CCR), en relación con los controles de población.
Las recientes reducciones en la incidencia del CCR y la mortalidad, se han atribuido en gran medida a la amplia aceptación del cribado de este con polipectomía, asegura.
Gómez precisa que informes han demostrado que el tejido residual después de la polipectomía donde el endoscopista lo consideró “completo” es común, oscilando entre el 6,5% y el 22,7%.
Estas técnicas se han expandido junto con avances en imágenes, tecnología y herramientas endoscópicas. El procedimiento óptimo abarca eficacia, seguridad y eficiencia. La correcta evaluación y caracterización macroscópica de una lesión proporciona información para predecir.