Alertan sobre incidencia alta de dermatitis atópica

Alertan sobre incidencia alta de dermatitis atópica

La Dermatitis atópica es una de las enfermedades de la piel más prevalentes en el mundo y una de las menos reconocidas. A menudo descartadas como: «solo una afección de la piel», las necesidades de los pacientes no se abordan de manera oportuna y de apoyo.

Así lo consideró el alergólogo, doctor José Alberto Torres. La eccema o dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que se encuentra en el centro de otros problemas de salud; es la primera manifestación de la llamada “Marcha atópica” (aparición progresiva de enfermedades alérgicas desde la infancia), asegura. Este problema afecta la salud mental de forma considerable. Es una condición difícil para los pacientes y sus familias, lo que condiciona seriamente la vida diaria, asegura el galeno.

La salud y el bienestar general de un individuo pueden verse gravemente afectados por la enfermedad. El alergólogo del hospital Pediátrico Hugo Mendoza y del Centro de Diagnóstico, Medicina Avanzada y Telemedicina (CEDIMAT) habló al celebrarse el 14 de septiembre el “Día mundial de la Dermatitis atópica”.

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Se busca crear conciencia sobre la enfermedad, hablar sobre la carga física y emocional que tiene sobre los pacientes y cuidadores, y reconocer la necesidad de atención y tratamiento que refleje la naturaleza multidimensional de la enfermedad.

Población afectada

La temática con la que se celebra el día se centrará en la carga psicosocial de los niños y jóvenes que viven con eccema atópico.

Esta condición necesita de crear una empatía hacia estos pacientes en su entorno familiar, educativo e incluso laboral, debido a que a menudo estos pacientes son vistos como “apestados” o “contagiosos” sin tener un fundamento científico para avalar estos malintencionados epítetos, lamentó.

La Dermatitis atópica es causada tanto por una respuesta inmune «elevada» dentro de la piel, como por una barrera cutánea defectuosa que puede tener factores genéticos o ambientales subyacentes (como alérgenos). La fragilidad que muestra nuestra piel hace que las bacterias se conviertan también en los principales agresores provocando sobreinfección